Nunca es tarde para aprender, para estudiar aquello siempre deseado, conocer a gente, mantener intensas y enriquecedoras conversaciones e, incluso, hacer amigos. A partir de los 55 años comienza una nueva etapa para numerosas personas que se enfrentan a importantes cambios. El fin de la vida laboral supone una transformación en los hábitos y las rutinas diarias y muchos no encuentran ocupación a tanto tiempo libre. Para otros supone encontrarse directamente con la soledad, o acentuar sus preocupaciones.

Miguel, Amador, Juan, Paqui, Lina y Enrique son seis de los 821 alumnos que se han matriculado en este curso que acaba de finalizar del Aula de Mayores de la Universidad de Málaga. Todos cuentan con una característica común: han cumplido los 55 años.

Ayer fue el acto de graduación y de recogida de diplomas. Los nervios, la expectación, la ilusión y la alegría se dieron cita en el Paraninfo de la Universidad. Del total de 821 alumnos, 476 han realizado el primer ciclo, que consta de tres cursos; 239 el segundo ciclo, que oferta cursos de especialización en ámbitos como Historia del Arte, Creación en Literatura y Cine, Naturaleza Humana y Tecnociencia, Filosofía Historia Antigua y Medieval o Historia Moderna y Contemporánea; y 289 (180 simultanean ciclos y cursos) han cursado actividades prácticas complementarias de informática, inglés, francés, salud o deportivas.

Para Miguel Ruiz Martín, de 63 año,s las enseñanzas de la Universidad para mayores son «una oportunidad de hacer cosas que no has podido realizar antes». «Es una forma además de estar al loro a nivel social y cultural de lo que pasa en Málaga». Miguel, casado y con hijos, ya ha finalizado su etapa laboral. Ha estado toda una vida como delineante en Vélez-Málaga y está jubilado. «He cursado Literatura y Cine, éste es mi segundo año y lo estoy haciendo por ampliar conocimientos», comenta.

Los mismos motivos que han llevado a su compañero Amador Frías, de 72 años, a cursar Historia Moderna y Contemporánea. «Tomo contacto personal, aprendo y además me sirve para hacer ejercicio al ir y venir de casa a clase y no pararé hasta el día en que me muera, mientras que la mente me funcione», declara a este periódico.

Para Paqui Pérez, de 61 años que este año ha cursado Literatura y Cine, los estudios de la Universidad de Málaga han sido su salvación. «Primero hice los cursos de iniciación, es decir, el primer ciclo, que son tres años, lo dejé dos años y ahora he vuelto y he hecho Literatura y Cine», comenta. «Me aporta mucho, estoy muy bien, los problemas se me han aplacado. Yo he reducido en un 50% las pastillas que tomaba para los nervios», subraya risueña. Juan Santos comenta también que una vez jubilado tenía la inquietud de aprender y recordar. «Además puedes contactar con personas», dice.

La graduación. Muchos de estos 821 mayores, los que han finalizado precisamente en este curso alguno de los ciclos completos, se graduaban ayer. Éste es el caso de Lina Domínguez, de 65 años, y de Enrique Cerezo, de 66, que además son matrimonio. «Nos graduamos del primer ciclo que son tres años. Llevamos 44 años juntos y hemos hecho esto juntos también para repasar conocimientos», dice Enrique.

«Hemos dado de todo, cultura general y luego ya puedes elegir la especialidad, el año que viene vamos a hacer Historia del Arte, también los dos», comenta Lina. Lina es ama de casa y Enrique ya está jubilado y han decicido emprender juntos esta nueva etapa de aprendizaje. «Siempre es bueno ampliar conocimientos y se matan muchas horas al día también», dice Lina sonriente.

El acto de graduación estuvo presidido por la vicerrectora de Extensión Universitaria de la UMA, Maribel Calero; la actual delegada de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Marta Rueda -que sustituirá a Susana Radío como delegada del Gobierno de la Junta en Málaga hasta un nuevo nombramiento en un decreto que previsiblemente se firmará hoy-; y la delegada de Bienestar Social, Ana Navarro, entre otros.