En principio, 135 euros por dos multas de tráfico, y porque la segunda la pagó enseguida y sólo fue la mitad. Pablo López, empadronado en la calle Santos del Centro Histórico, recogió el 13 de enero a su pareja, José Manuel Morales, de la Clínica de la Encarnación, dos horas después de ser operado de un juanete en un pie. Se trata de una operación dolorosa, de un mes de baja, tras la que el paciente no puede apoyar el pie y necesita muletas, además de bota ortopédica los días siguientes. El coche entró por la calle Cisneros para estar lo más cerca de la calle Santos, que es peatonal.

Esta acción le costó a Pablo 90 euros de multa y cuando una semana más tarde fue a recoger a José Manuel, que pisaba por vez primera la calle, fue multado con la misma cantidad.

«Fue parar, para que yo me bajase y él se fue, y directamente recibimos la multa días después», explica José Manuel Morales, que señala que no hablaron con ningún policía local, sino que su matrícula fue registrada por las cámaras que hay a la entrada de la calle Cisneros, un paso al Centro Histórico que no cuenta con los pilones que controlan el acceso, lo que según estos vecinos, provoca despistes y las consiguientes multas para muchos conductores.

Pablo López señala que tiene la tarjeta de residente para aparcar en zona verde en el Centro. «Lo que pasa es que yo no tengo un comercio y no voy a entrar a una clínica que hay por aquí, y sólo pueden entrar estos vehículos y los taxis». Unas circunstancias que ha conocido después de esta doble multa.

En cualquier caso, considera que estas sanciones son «una injusticia». «Yo no entré por una cosa banal sino para acercar a un recién operado porque no podía apoyar el pie, y la segunda vez porque lo recogí una semana más tarde», explica.

Pablo López presentó una alegación al área de Economía del Ayuntamiento contra la primera multa, aportando el alta hospitalaria de su pareja, la documentación de estar empadronado en el Centro y el permiso para la zona verde. En la alegación reitera que el entrar en esa calle se debió «a una causa absoluta de fuerza mayor justificada y totalmente aislada». «Es la primera vez que circulo por esta calle y es la única vía que podía tomar para poder dejar a mi pareja en la puerta de casa», añadió.

La alegación fue desestimada y, con la llegada de la segunda multa, decidió pagar al momento y ahorrarse la mitad, un duro golpe económico para los dos jóvenes, que están en paro y dicen sentirse discriminados por vivir en esta parte del Centro. «El día que pase algo grave no voy a poder entrar», explica Pablo, mientras José Manuel señala que este mismo año tiene que operarse del otro pie y teme que se repita la historia. En cualquier caso, abonada la segunda multa, tienen de plazo hasta el 7 de julio para pagar la primera, la de los 90 euros.

Ayuntamiento. Este diario contactó ayer con el concejal de Seguridad, Julio Andrade, quien señaló que «habitualmente se puede solicitar una entrevista con el intendente del Centro, para hablar con el policía que puso la multa». «Yo invitaría a hablar para explicar las circunstancias y creo que con esa documentación se podría obtener un descargo, aunque la última palabra la tiene la policía», añadió.

En todo caso, Julio Andrade precisó que se trataría de la primera multa, al estar dentro del plazo, dado que la segunda ha sido ya pagada.