La Selectividad del año que viene aún es una incógnita, después de que el ministro haya insinuado en más de una ocasión su deseo de modificar el sistema de acceso a la Universidad. La nueva PAU, en realidad, sólo tiene tres años y puede decirse que está diseñada para que los alumnos puedan subir nota. Mientras que en los despachos ministeriales se discute sobre cómo serán los exámenes del futuro, si serán más duros y realmente selectivos, prueba de inglés oral incluida, miles de alumnos malagueños viven ahora los días más inquietantes de su vida como estudiantes. El martes comienza la temida Selectividad para ellos.

Los exámenes comenzarán a las 8.30 horas de forma simultánea en todas las provincias andaluzas, aunque los alumnos están citados media hora antes. La UMA, que este año se ha encargado precisamente de elaborar los exámenes que tendrán que responder todos los alumnos andaluces, ha dispuesto 17 sedes para llevar a cabo estas pruebas. Este año ha vuelto a crecer la cifra de alumnos que se han matriculado, por sexto año consecutivo. Como adelantó ayer La Opinión de Málaga, serán 5.980 los malagueños que después de haber aprobado segundo de Bachillerato en su instituto asistirán a esta primera convocatoria de junio. Serán los últimos que realicen la PAU tal y como ahora se conoce, con sus dos fases, general y específica.

Además, otro millar de estudiantes de Bachillerato y de ciclos formativos, únicamente harán la fase específica, con el objetivo de subir nota y aumentar sus opciones de acceder a las carreras con mayor competencia. Así que en total serán 6.981 los alumnos que se presenten a los exámenes, medio millar más que en la convocatoria de junio de 2011.

En la fase general se incluyen las materias obligatorias (Análisis de Texto de Lengua Castellana, Comentario de Texto Histórico o Filosófico y Análisis de Texto de Lengua Extranjera), así como una asignatura optativa de su opción de Bachillerato. En la segunda fase entran en juego el resto de las asignaturas de Bachillerato, pero los alumnos también pueden elegir de qué se quieren examinar, como mínimo de dos materias, puesto que después sólo se consideran las dos mejores calificaciones y no se hace media con el resto.

La calificación global de Selectividad será la media aritmética de las calificaciones obtenidas, debiendo conseguir un mínimo de cuatro puntos para ser declarado apto. La calificación final y definitiva se calcula ponderando un 40% de la calificación global de la pruebas de Selectividad y un 60% de la media del Bachillerato. Para acceder a la Universidad, el alumno debe alcanzar al menos cinco puntos en esta calificación final.

Muchos alumnos este fin de semana terminan de prepararse la Selectividad. Nervios, mucho café para robarle horas al sueño, moreno de flexo ante la imposibilidad de ir a la playa o a la piscina... Aunque terminaron el curso a final de mayo, han seguido yendo al instituto, para participar en clases de apoyo, como en el IES Mare Nostrum, donde han podido resolver sus últimas dudas.

En realidad, no es tan fiero el león como lo pintan. Muchas veces, afrontar estas pruebas depende más del estado de ánimo y, por qué no, de un poco de suerte. «Los profesores nos tranquilizan y nos dicen que estamos preparados, que tenemos el nivel», asegura María del Mar Sánchez, alumna de este centro.

En cualquier caso, los estudiantes son conscientes de que se juegan su futuro a una carta. Y eso les parece injusto. No obstante, por este trance han pasado miles de escolares a lo largo de la historia. Los que tienen mejor nota media en Bachillerato temen que la Selectividad pueda perjudicar sus magníficas calificaciones. «¿Bajar? Siempre existe ese riesgo y es probable», asegura David García, que tiene un brillante 8,80.

Otros estudiantes confían sus opciones de estudiar la carrera deseada a la Selectividad y esperan que estos exámenes mejoren su expediente. «Tengo que dar el máximo», admite Daniel Díez, que quiere estudiar en el INEF.

Platón, casi siempre Platón. La Selectividad es cíclica y suelen repetirse las preguntas en los exámenes. A los estudiantes que este año se enfrentan a estas temidas pruebas de acceso a la Universidad puede interesarles saber que siempre cae Descartes o Platón en el examen de Filosofía, sobre todo el segundo. El que se considera creador de la filosofía moderna y su discurso del método han salido a la palestra en tres de los últimos seis años: 2006, 2009 y 2011; mientras que el discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles ha caído en 2006, 2007, 2008 y 2010, para hablar del Mito de la Caverna o de la República.

Otra asignatura que se presta a repetirse es la de Historia. Por ejemplo, en la convocatoria de junio del año pasado había que elegir entre dos opciones: ofrecer una respuesta desarrollada a la crisis de 1898 tras las guerras coloniales (esta pregunta también cayó en 2009) o demostrar los conocimientos de los alumnos sobre la II República (que ya se preguntó en 2007). Los gobiernos democráticos desde la Transición han caído en 2008 y en 2010; y sobre el Sexenio Revolucionario se cuestionó en los exámenes de 2007 y 2008. Siempre hay que tener en cuenta que el estudiante tiene varias opciones para elegir.

En Lengua, el comentario de texto también es susceptible de reincidir. En 2006 y 2007 tocó La familia de Pascual Duarte, de Cela; y en 2008 y 2009, La verdad sobre el Caso Salvolta, de Eduardo Mendoza.