No se trata de crear ningún tipo de alerta, porque no existe, «sino de acudir al mar con más precaución que estos años atrás, cuando ha habido inviernos más lluviosos o primaveras menos secas». Científicos del Aula del Mar informaron ayer de que las plagas de medusas, si se dan las condiciones de corrientes marinas y vientos propicios, pueden ser una constante para los próximos meses.

Poca lluvia y altas temperaturas en primavera. Estamos en un marco ideal para que el plancton frente a las costas malagueñas se haya extendido este año más que en otras ocasiones. Y, con esa alta salinidad, las medusas, que se alimentan precisamente en estas «masas errantes» de organismos microscópicos, podrían ser bastante más numerosas durante esta temporada de baños.

Los responsables de las instalaciones malagueñas dedicadas al análisis de los fondos marinos de la provincia y en especial de las especies que los habitan son rotundos: «Sabemos que hay una elevada producción de plancton y, si hay vientos que arrastren hacia la orilla a las medusas, hay que prevenir las picaduras. Ya se verá, no obstante, si las corrientes son favorables. Porque esto no es matemática. Son animales invertebrados y dependen de que el viento favorezca su llegada a la costa».

El biólogo del reseñado organismo malagueño Juan Jesús Martín volvió a «tranquilizar» ayer a la población, después de la plaga de medusas gigantes que este domingo se detectó a lo largo de toda la Costa del Sol, pero al mismo tiempo subrayó la necesidad de conocer que este verano puede generar nuevos episodios, aunque de ejemplares de mucho menos tamaño.

De hasta diez kilogramos. «No es normal que en nuestras costas aparezcan medusas como las que habéis publicado de este mismo domingo. Son episodios aislados, que no obstante señalan que estamos en un año con abundancia de plancton en los fondos del litoral andaluz», matizó.

Como ya avanzó ayer este rotativo, cientos de bañistas se vieron sorprendidos anteayer por la aparición en las playas malagueñas de medusas de hasta más de medio metro de longitud y unos diez kilogramos de peso.

Efectivos de Protección Civil, en aquellos municipios donde ya prestan su servicio a estas alturas de la temporada, colaboraron en la retirada de estos grandes animales.