Una interminable crisis ha propiciado que los españoles se aprieten el cinturón. Y ahora, la alarma en torno a los bancos en general y uno en particular ha dado lugar al miedo. El temor a perder las joyas, los ahorros de toda una vida, la colección de sellos u otros objetos con gran valor sentimental ha tenido un impacto directo sobre la rutina económica de miles de españoles. Según el Banco de España, entre los meses de marzo y abril se han retirado 31.000 millones de euros de las entidades españolas. Una parte de ese capital se ha sacado para guardarlo debajo del colchón, en los calcetines o en cajas fuertes por las que cada vez apuestan más particulares.

También en Málaga, donde los datos que aportan los profesionales del sector son abrumadores. Soledad Bonilla, comercial de Fpoint Seguridad, asegura que la venta de cajas fuertes a particulares ha aumentado un 20% en su empresa en los últimos meses. Además de la preocupación por la situación de los bancos, Bonilla también señala el aumento de la delincuencia y el alto índice de paro como razones por las que los malagueños apuestan por una mayor seguridad en casa. «El reloj que antes estaba en un cajón, ahora está en una caja fuerte», dice Soledad. Según la comercial, un mercado que antes estaba reservado para gente más mayor de clase media-alta para arriba se ha abierto a personas más jóvenes y con recursos más limitados.

Asesoramiento profesional

Aun así, Bonilla quiere dejar claro que una caja fuerte no tiene nada que ver con lo que se vende en algunas ferreterías, grandes superficies o bazares chinos, que se abren con un simple golpe o con un destornillador. «Es cierto que todo se abre con tiempo, pero esa es precisamente la gran diferencia de una caja fuerte en condiciones, que se lo pone más difícil al ladrón», explica. Por ello, Bonilla aconseja que los interesados pidan asesoramiento profesional. «Hay una caja fuerte para cada necesidad», precisa antes de añadir que lo primero que hay que hacer es valorar lo que se quiere guardar. «Proteger 3.000 o 4.000 euros y joyas en una caja de 100 euros es absurdo. Nosotros ofrecemos cajas profesionales. Las mejores marcas, materiales y sistemas del mercado que cubren los siete niveles establecidos en este mercado», abunda la experta de Fpoint Seguridad.

Jorge Rueda, propietario de la empresa Buzones Costasol, coincide en prácticamente todos los argumentos de Soledad, aunque más que en ventas él ha notado cómo se han disparado la petición de presupuestos por parte de particulares. «Si antes me llegaba una petición al mes, ahora me llegan 70», dice categórico. Rueda cree que ese interés viene provocado por la inseguridad que existe en torno a los bancos, sobre todo «con el caso Bankia», y ante la posibilidad de que se produzca «un corralito».

Según este empresario, las consultas que más le llegan a la tienda son de cajas fuertes empotradas con apertura electrónica o mecánica. Sin embargo, Rueda asegura que una tendencia al alza es la venta de cajas de seguridad con forma de objetos cotidianos del hogar, como una enciclopedia, que en la situación de urgencia y prisas propias de un ladrón durante un asalto a una vivienda pasarían desapercibidas.

Los modelos más comunes del mercado

Los productos más accesibles para el consumidor son los cajetines de caudales, las más pequeñas y por tanto las menos seguras. Son prácticamente de chapa y muy fáciles de transportar y de abrir. Un nivel por encima están las cajas de sobreponer, por lo que son relativamente fáciles de encontrar. Son más seguras si llevan algún tipo de anclaje, aunque lo normal es que el particular la atornille sobre la superficie elegida. Es la típica caja fuerte que hay en el interior de los armarios en las habitaciones de un hotel.

Como su propio nombre indica, las cajas de empotrar van empotradas en un muro, a ser posible macizo, o incluso en el suelo. La imaginación a la hora de ocultarla es muy importante, aunque la imagen más típica es la de esconderlas detrás de un cuadro, una falsa pared, etc. Si se apuesta por ponerla en el suelo, es recomendable que quede tapada por un falso suelo o bajo una alfombra.

Las cajas con combinación mecánica representan el grupo de cajas que poseen el sistema más clásico. Funcionan con una combinación numérica que se selecciona girando la ruedecilla y posteriormente se abrirán los pasadores con la llave. Las cajas con combinación electrónica permiten elegir un código de apertura de entre millones de posibles combinaciones, dependiendo de si es una combinación de 4 a 10 cifras. De esta manera, un ladrón lo tendrá muy difícil para abrirla en el mismo lugar donde se encuentra.