Sevilla y Málaga se encuentran entre las diez ciudades españolas con peor calidad de vida, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizada sobre 30 ciudades del país, que también señala que Córdoba y Granada destacan entre las urbes con mejor atención sanitaria y educación, respectivamente.

Las Palmas de Gran Canaria y Palma de Mallorca son las ciudades peor valoradas para vivir, mientras que Sevilla se sitúa como la quinta peor valorada y Málaga, la séptima. El informe de la OCU señala que la playa no garantiza la calidad de vida, también empeorada por la burbuja inmobiliaria.

Por el contrario, el ranking de las ciudades mejor valoradas para vivir está copado por urbes del norte. En primer lugar, Pamplona, de la que los encuestados valoran la sanidad y la educación, seguida de Vitoria, Gijón y Logroño.

Córdoba y Granada, por su parte, consiguen colarse en el ranking de las mejor valoradas por la atención sanitaria, tanto pública como privada, y en educación, respectivamente.

Así, la capital cordobesa ocupa el cuarto puesto en la clasificación que valora las ciudades con mejor atención sanitaria; mientras que Granada está en el quinto lugar en cuanto a la oferta educativa y su calidad y el 9 por ciento de los encuestados declara que sus hijos han podido estudiar lo que querían sin abandonar la ciudad.

Por otro lado, la encuesta también revela que la mayor preocupación de los españoles es el desempleo (un 37 por ciento de los encuestados), porcentaje que solo era del 14 por ciento en 2007. Granada, Córdoba o las capitales canarias obtienen las puntuaciones más bajas en este apartado.

Asimismo, la salud es el segundo tema de preocupación de los españoles, a pesar de que la organización resalta que la encuesta se realizó antes de los últimos recortes sanitarios. En este sentido, los ciudadanos ya apreciaban un empeoramiento respecto a la atención sanitaria en Valencia, Barcelona y Palma de Mallorca.

En cuanto a la valoración de la vivienda, la crisis del sector inmobiliario hace que los ciudadanos de Barcelona, Bilbao o Madrid tengan una peor percepción.