Isabel Pantoja lo pasó mal en la noche del 2 al 3 de mayo de 2007. Fue detenida en el marco de la operación Malaya e imputada, al día siguiente, de blanqueo de capitales. Ayer comenzó el juicio por esta pieza separada de la trama de corrupción en la que además están acusados su expareja y exregidor marbellí, Julián Muñoz, la otrora esposa de éste, Mayte Zaldívar, y otras siete personas. Su abogado defensor, José Ángel Galán, tuvo una primera intervención cuyos silencios dejaban ver todo el dolor que le habrá relatado la cantante en los cinco largos años de instrucción: así, tachó de «groseros y falsos» los dos informes policiales que motivaron el arresto de su cliente.

Esa alusión enfadó al fiscal Anticorrupción Juan Carlos López Caballero, alma mater de Malaya, que ayer, pese a que no llevará el peso de la acusación en esta pieza separada, apoyó un rato a su compañera María del Mar López-Herrero. «La referencia a la falsedad del informe de un funcionario público es incorrecta», precisó, al tiempo que advirtió de que, si no retiraba el calificativo, podría sopesar la posibilidad de querellarse con Galán. Éste accedió.

El primer día de juicio suscitó una inusitada atención mediática: 150 periodistas de treinta medios distintos, incluido un semanario alemán, tomaron la Ciudad de la Justicia de Málaga para cubrir todos los detalles del juicio con más expectación jamás celebrado en la Costa del Sol, que ya lleva unos cuantos: Malaya, Minutas o Ballena Blanca. De hecho, la detención de la tonadillera se grabó en directo por una destacada agencia del corazón, por lo que desde su génesis este proceso ha sido epicentro de un acusado interés de la prensa. Eso sí, sólo medio centenar de seguidores se arracimó a las puertas del edificio para dar ánimos a su ídolo, lo que demostraron cuando llegó, a las 8.40 de la mañana, y cuando se fue, al filo de la una.

Un imponente despliegue policial dio lustre a la cita, y el acceso al edificio a través del juzgado de guardia se convirtió en una particular alfombra rosa a cuyos flancos se agolparon los periodistas gráficos para retratar al triángulo Muñoz-Zaldívar- Pantoja. Todos ellos llegaron muy pronto, siguiendo indicaciones de la Audiencia: el primero fue el exalcalde, a las 7.30 horas, y la última Zaldívar, pasadas las 9.00. Por cierto, coincidieron un buen rato en la puerta de la sala de vistas de Malaya, y, al menos, Muñoz y Pantoja se saludaron.

El primer día de los 49 que conforman el juicio –hasta abril de 2013– fue el turno para la exposición de cuestiones previas, aunque la más esperada fue la de la defensa de la cantante. A ella se le piden tres años y medio y una multa de 3,6 millones de euros por «lavar» 1,8 millones de Marbella vía Julián Muñoz. La idea clave es si la Fiscalía es capaz de demostrar que ella sabía que ese dinero provenía de la corrupción. Su defensa la ha presentado como una persona cauta y confiada. Y asegura que ella generó 19 millones de euros desde 1999 a 2010, por lo que, ¿para qué necesitaba blanquear?

Galán pidió que los dos informes policiales, uno previo a la detención de Pantoja, fechados en mayo y octubre de 2007, sean retirados del proceso y carezcan de valor probatorio ya que están viciados de nulidad. «Es increíble que la policía diga que cuando ella empieza su relación con Julián Muñoz su patrimonio es de -49.000 euros sin valorar las sociedades; valorándolas salen 400.000». Son informes «tendenciosos y parciales», precisó. El proceso es «inquisitorial», con un secreto «innecesario» y una «exposición mediática continuada».

El letrado se quejó de que, tras una noche en el calabozo, Pantoja llegó en un estado «lamentable» al juzgado de Miguel Ángel Torres: «No sabía ni dónde estaba en cuanto a las respuestas». En su opinión, debió ser citada y no detenida, porque el instructor recibió el primero de los informes el mismo día del arresto: «Sin duda porque la detención estaba acordada de antes; un medio lo sacó el día de la visita del anterior presidente del Gobierno a Málaga».

Recordó también que se filtró su ficha policial a los medios, lo que supuso una vulneración de su honor: «Y nadie dijo nada€», aclaró.

Desde su punto de vista, se vulneraron los derechos fundamentales de la artista, y recalcó que ella no dejó de hacer galas cuando empezó a salir con el entonces alcalde de Marbella (2003). En cuanto a los 1,12 millones de euros que recibió en sus cuentas según la Fiscalía, los justificó, en base a su informe pericial, alegando que fueron generados gracias a la actividad hostelera de la artista. El informe de parte contabiliza un manejo de casi 800.000 euros de efectivo.

Pantoja miraba al suelo con las piernas y los brazos cruzados mientras su abogado relataba las cuestiones previas; sólo dedicó parte de su atención al fiscal. Eso sí, evitó la foto con Julián Muñoz y Zaldívar, puesto que los tres se sentaron en el mismo banquillo pero con otros acusados entre ellos.

El abogado invocó la nulidad radical del proceso, y recordó que no se dice nada de Pantoja en un informe hasta el día de su detención. Sólo el 30 de mayo de 2006 se ordena por el juez investigar las cuantas de la artista, de su hijo y de su representante, María Navarro, lo que supone el inicio un proceso «inquisitivo». La causa se inició «sin indicios, ni una sospecha». El día que fue detenido Muñoz, en julio de 2006, en el chalé Mi Gitana se le ocuparon 50.000 dólares y 9.500 euros, pero ella pudo justificar el origen de ambas sumas, subrayó el letrado: «La interpretación de la Udyco es grosera». La tonadillera habría sufrido un trato «degradante».

En la sala sólo entraron 36 ciudadanos para seguir el juicio, incluidas la periodista Chelo García Cortés y su amiga Raquel Bollo. Al final de la vista, poco antes del mediodía, la cantante abandonó la sala junto a su letrado y esperó en el juzgado de guardia para evitar coincidir con Zaldívar. Muñoz fue el último en irse junto a su representante, Miguel Criado.

La fiscal María del Mar López-Herrero aportó una abundante prueba documental, entre la que se encontraba la sentencia de Minutas, caso en el que ha sido condenado Muñoz, o la declaración que propició el caso Malaya. Todo ello, para «acreditar el origen ilícito de los fondos». Anticorrupción cree que el exalcalde lavó usando a Zaldívar y Pantoja en torno a 3,5 millones de euros. Ello motivó que Criado se quejase de la aportación «sorpresiva» de estos documentos, y pidió que el juicio fuera suspendido antes de las cuestiones previas para analizar los mismos.

En su opinión, se ha vulnerado el derecho de su cliente a un proceso justo y el principio de seguridad jurídica, por la teoría del fruto del árbol envenenado: «Nuestro juicio no debe comenzar hasta que no haya una sentencia del caso Malaya», dijo.

Es decir, si se ha pedido la nulidad de las intervenciones telefónicas en la trama matriz y ese juicio termina antes –a finales de julio– que el de Pantoja, ¿qué ocurre si la Audiencia Provincial da la razón a las defensas? «La Sección Primera ha de dictar una sentencia en Malaya y debe resolverlas y nos podemos encontrar un fallo que estime la nulidad de las intervenciones. ¿Qué pasaría entonces?». Solicitó que, si no se daba traslado a las partes de esa documentación de la Fiscalía con tiempo para analizarla, se retrotrayera la causa a Instrucción como casi ocurre en Ballena Blanca, así como que se excluyan informes de Malaya que en nada aluden a este proceso.

Muñoz se enfrenta a 7 años y medio de prisión por blanqueo y cohecho y al pago de 7,5 millones de euros, mientras que su exmujer, Mayte Zaldívar, se enfrenta a tres años y medio. Los veinte autobuses de fans de la artista, para los que se habilitó una zona, se quedaron en apenas medio centenar de seguidores; al principio sólo eran seis. Todos los abogados se acogieron a la petición de nulidad. El de Mayte Zaldívar, Alfredo Herrera, aseguró que no ha tenido acceso a una serie de piezas.