Miguel Ángel Heredia ya es oficialmente candidato a la reelección como secretario provincial del PSOE en el congreso que tendrá lugar el próximo día 14. Bajo la cúpula del jardín botánico de la Universidad de Málaga y en un acto en el que se dieron cita más de trescientos socialistas para mostrarle su apoyo, Heredia abogó ayer por la unidad desde la cultura del trabajo y del esfuerzo.

Entre los asistentes, muchos de los cuales llevaban una pegatina con el lema «Socialistas siempre. Yo con Miguel Ángel», se encontraban rostros muy conocidos del partido como la presidenta del PSOE andaluz, Rosa Torres; el consejero de Cultura y Deporte, Luciano Alonso; los parlamentarios Paulino Plata y Marisa Bustinduy; la secretaria de Política Social, Trinidad Jiménez; el secretario de Organización del partido en la provincia, Francisco Conejo, o la portavoz socialista en el Consistorio malagueño, María Gámez.

El acto comenzó con la intervención de tres militantes vinculados con Heredia. Por un lado se encontraba la secretaria provincial de las Juventudes Socialistas en Málaga, María de las Nieves Ramírez, quién apostó por la juventud, el impulso y los nuevos liderazgos «para un momento en el que la política está bastante denostada».

También participó el alcalde de Arriate, Melchor Conde, que se consideró «un novatillo» en la política, ya que fue invitado a unirse al partido por varios miembros entre los que se encontraba Heredia y en quien encontró gran apoyo para su nueva andadura. Por otro lado, intervino Antonio González, socialista de Mollina, pueblo de origen de Heredia, que fue quien lo afilió al partido. Según González, el ahora secretario provincial está en la política porque «lo siente, confía en los demás y quiere lo mejor para todos».

Y llegó el turno del protagonista de la tarde. Con una camisa celeste remangada y entre los aplausos de los allí reunidos, expuso que las tres personas que le habían precedido con sus intervenciones «representan cuestiones que me importan mucho», destacando la dedicación y juventud de Ramírez, la «valentía de comprometerse en estos momentos» de Conde y la experiencia de González.

Según Heredia, se hizo socialista porque «nací socialista», al tiempo que resaltó la importancia de recordar «de dónde vienes, un ejercicio que hago todos los días». Además, afirmó que «no he conocido la política de los reservados, ni la de los almuerzos con los poderosos» porque le interesa la política «y no estoy en la política por el interés».

El candidato definió a los socialistas como «un colectivo», pero «siempre hay alguien que debe estar al mando del faro para que el barco llegue a buen puerto», añadiendo que en los últimos cuatro años ha aprendido que «la mejor solución es la que beneficia al colectivo y no a uno de sus miembros». En este sentido, afirmó que «podemos tener diferencias», pero «nos une más de lo que nos separa».

Para el socialista en la formación «debe imperar la cultura del trabajo y el esfuerzo en lugar de la de la queja», y recordó que «el cargo conlleva una carga, de ahí la exigencia permanente a los cargos públicos». «El debate es más necesario que nunca porque el partido debe reformular sus proyectos», señaló.

Para cerrar su discurso sentenció que se entregará «en cuerpo y alma a la tarea de convertir al PSOE en el partido de la gente».