«¿Que tendrá la Costa, que todo el que llega allí se coloca?», cantaban Los Chichos en su particular tributo a la Costa del Sol. Casi 40 años después la situación sigue siendo la misma, y todo el que la visita acaba repitiendo, de forma que entre sus turistas se encuentran algunos tan fidedignos que llevan muchos años veraneando en el litoral malagueño y que incluso han crecido con él. Uno de los ejemplos más claros es el del la islandesa Ragna Steinarsdottir, que lleva tres décadas veraneando en Nerja y para quien la temperatura óptima y la cercanía de la montaña y el mar son «claves fundamentales» para no plantearse ni unas vacaciones en ningún otro sitio de la Tierra. «Imagina hasta qué punto consideramos esta parte de Europa el paraíso, cuando en nuestro país la máxima de todo el año son 15 grados», relata. Y es que los municipios más orientales de la Costa del Sol, Nerja y Torrox, pueden presumir de albergar la temperatura media más alta de todo el Continente europeo.

Este factor, entre muchos otros, también ha animado al británico Michael Wade a veranear en Nerja, acumulando ya 14 años de fidelidad a la Costa del Sol. Durante unos años optó por alojarse en Mijas, pero su preferencia actual es el municipio nerjeño. «Nos encanta cómo es la gente, cómo de limpias están las calles y cómo son las playas. No cambiamos este destino por ninguno», relata en presencia de su esposa, Jackie.

Otro caso de lealtad turística hacia la Costa del Sol es el de la familia Creane, de Irlanda del Norte, que lleva ocho años visitando los municipios costeros de la provincia. Este año toca Torremolinos, pero han visitado también Nerja, Málaga, Benalmádena, Fuengirola y Marbella. «Es un privilegio para nosotros poder venir aquí y disfrutar del sol y la playa. Comenzamos a visitar la Costa del Sol cuando nuestro hijo era aún muy pequeño, pero queríamos que pudiera disfrutar de cosas que no tenemos allí, como el clima y la tranquilidad que se respira», explican.

Pero no todos los turistas reincidentes en la Costa del Sol son extranjeros. Fe de ello dan los datos del Balance del año turístico 2011 Málaga Costa del Sol publicado por el Patronato de Turismo, donde se indica que el mercado nacional creció en una tasa próxima del 2%, superando los 3,7 millones de turistas nacionales, frente a la importante subida del mercado internacional en torno a un 5%. Este es el caso de la familia Gámez Molina, que repiten por segunda vez en los municipios de Benalmádena y Torremolinos, esta vez acompañados de sus dos hijos. "Hace años vinimos solos para conocer este enclave turístico, y nos enamoramos de los cascos antiguos de estos municipios. Nos quedamos con ganas de ver más, porque la Costa del Sol tiene mucho que ofrecer, y por eso ahora hemos vuelto con los dos pequeños, para que también puedan disfrutar de la playa, el sol y las actividades que ofrecen los diferentes parques reunidos de la zona, ya que les encantan los animales», relatan.

Sol y Playa

Un total de 9,1 millones de turistas visitaron durante 2011 la provincia de Málaga, experimentando un crecimiento del 3,5% con respecto al año anterior, siendo las ciudades costeras de Málaga, Torremolinos, Marbella y Benalmádena las más visitadas. Este crecimiento año tras año se debe principalmente al turismo de Sol y Playa que eligen un 72,1% de los viajeros y que hace honor al lema de la Costa del Sol. Así, la mayoría de las turistas destacan entre los factores positivos de la Costa del Sol el bueno tiempo, la calidad y diversidad de las playas, la tranquilidad de sus calles, la amabilidad de sus gentes. También hay sitio para la diversión debido a la gran oferta cultural y de ocio que permite concentrar la mente de día y despejarla de noche.

Pero como todo lugar que se precie y desee mejorar, la Costa del Sol también recibe críticas de sus visitantes. La principal es el precio de los servicios, «que ha subido tanto que ya se ha vuelto caro», según piensa la familia Corrie, de Liverpool, que lleva cinco años veraneando en la costa de Málaga y que asegura que «los precios han cambiado mucho desde que vinieron por primera vez». El mismo pensamiento comparte la familia Almori, de Manchester, que repite por cuarto año en Benalmádena y considera que «el precio del hotel es cada vez más caro».

Otra de las quejas más comunes es la de la aglomeración de gente en temporada alta y el tráfico que ello conlleva, que dificulta poder coger un taxi o pasear con tranquilidad si se va en compañía de menores. «Es muy difícil estar tranquilos cuando pasan tantos coches por las zonas más transitadas de la ciudad, además de que tardamos mucho en ir hasta algún sitio cuando tenemos que utilizar un taxi o un autobús, porque hay muchos atascos», dice la familia Almori.

En cualquier caso, con sus pros y contras, la Costa del Sol seguirá recibiendo millones de turistas cada verano que, probablemente, repetirán y la consolidarán como la cuna del turismo que ya es.