A partir de ahora podrá dormir más tranquila. Rebeca Heredia, una joven malagueña de 25 años, se veía en la calle con sus dos hijos de ocho y nueve años, pero el milagro ha sucedido: su desahucio, programado para las 08.00 de la mañana de ayer, se ha retrasado y el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) le ha concedido una vivienda social en la que estaba en la lista del Ayuntamiento de Málaga de familias en riesgo por exclusión social, por lo que, tras esta decisión, a partir de agosto podrá disfrutar de su piso en régimen de alquiler bajo.

Miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), junto a simpatizantes del 15-M, se desplazaron a primeras horas de la mañana de ayer hasta la vivienda de la afectada, ubicada en el número 4 de la calle Libertad de la capital, cerca de Armengual de la Mota.

Por otro lado, sobre las 07.40 de la mañana hizo acto de presencia una decena de agentes del Cuerpo de la Policía Nacional y casi dos horas más tarde, a las 09.30, llegó la comisión judicial para ejecutar el desahucio.

Desde la plataforma indicaron que dicha comisión intentó que Heredia firmara una nueva fecha para la ejecución, al tiempo que resaltaron que se negaron a ello. Tras esta negativa y «tras unos momentos de tensión», los representantes del juzgado consideraron «suficiente» la comunicación verbal, por lo que se firmó la orden de paralización y se aplazó el desahucio para el próximo 16 de octubre.

Pero aún quedaba una sorpresa más y sobre la una de la tarde llegaba una buena noticia. El IMV se comunicaba con la afectada y le confirmaba la asignación de una vivienda a partir del mes de agosto por la que sólo tendrá que abonar unos 60 euros al mes.

Esta noticia le llega después de que desde hace ya varios meses empezara a recorrer los edificios sociales pidiendo ayuda y de que el IMV le prometiese una vivienda social.

Heredia manifestó que recibirá las llaves de su nueva casa, ubicada en la zona de Las Flores, a principios de agosto, una vez que el IMV se haga cargo de los despefectos que los anteriores habitantes dejaron tras su marcha. Asimismo, mostró su agradecimiento a todos los que la han apoyado, y declaró sentirse «muy contenta», porque con el aplazamiento podrá quedarse en su actual vivienda hasta que pueda mudarse.

Ayudar a su hermano. Heredia puso a su nombre la hipoteca de esta casa, en la que lleva viviendo más de dos años y a cuyo pago no puede hacer frente, para ayudar a su hermano. Esta situación se ve agravada por la enfermedad crónica que padece su hija de nueve años, púrpura trombocitopénica, por la que sufre una disminución de plaquetas.