Es lo que le faltaba al comercio. La puntilla. La anunciada subida del IVA provocará un descenso drástico de las ventas. Una situación dramática para miles de negocios de la provincia de Málaga y de familias que dependen de ellos. Se prevén cierres porque al aumentar los impuestos, caerá el consumo. Los comerciantes critican al gobierno de Mariano Rajoy por tomar esta decisión de aumentar el IVA del 18% al 21% y no entienden cómo no se ha aplicado una excepción como en la hostelería. Al menos en las zonas turísticas.

El presidente de la Federación del Comercio de Málaga (Fecoma), Enrique Gil, considera «incomprensible» que el PP haya actuado de la misma forma que lo hizo el gobierno del PSOE en 2010, cuando aumentó el IVA del 16% al 18% y, precisamente, los populares fueron especialmente beligerantes con esta medida, ya que preveían que iba a repercutir en el consumo, en el bienestar de los ciudadanos, en la inversión o en la capacidad de ahorro de las familias.

Los comerciantes, además, arrastran un año de pérdidas y las rebajas de verano, al menos durante los primeros quince días, no están sido nada buenas, según adelantó ayer Enrique Gil. «No estamos facturando nada. Las cifras que manejamos son casi una propina», se lamenta el presidente de Fecoma.

La subida del IVA va a perjudicar a muchísimas empresas. «No va a ser positivo ni va generar ingresos netos a las arcas del Estado y va a perjudicar muchísimo al consumo», pronostica el representante del pequeño comercio en la provincia de Málaga.

De hecho, la crisis ha reducido las compras en los hogares y empresas malagueñas en los últimos años, como revela la prolongada caída de la recaudación por IVA en la provincia. Ni siquiera la última subida de Zapatero sirvió para aumentar los ingresos.

La provincia alcanzó el cénit consumista en 2006, cuando el IVA dejó al Estado un total de 974,2 millones de euros. A partir de ahí, se inició una cuesta abajo, en picado y en barrena, que culminó en 2011 con 499,4 millones de euros, poco menos de la mitad, según los informes de recaudación de Hacienda.

«No va a crear ningún beneficio», insiste Gil. Durante los primeros seis meses del año, el comercio en la provincia acumula un déficit superior al 25% de media. Hasta las empresas de alimentación están registrando pérdidas del 10%. «Aumentar los impuestos indirectos a los productos que consumimos no va a aumentar las ventas en absoluto», considera el presidente de Fecoma, que teme que esta medida «nos va a llevar a defraudar para no pagar el IVA porque esto va a ser insostenible». «No sabría decir si van a cerrar 20.000 o 5.000 comercios, porque no quiero ser negativo, pero serán muchos los afectados por esta medida. Tendremos que aguantar una vez más hasta donde podamos, pero no creo que la cuerda pueda estirarse mucho más», concluye.

Las familias verán cómo su gasto aumenta entre 415 y 600 euros al año. La subida del IVA supondrá de media un aumento del gasto anual por familia de entre 415 euros y 600 euros, según estimaciones de las organizaciones de consumidores OCU y Ceaccu, respectivamente. Otras organizaciones de consumidores como la CECU y Facua creen que se frenará el consumo y que mermará el poder adquisitivo de los consumidores a los que, según opinan, les convertirá en más pobres.

Tanto la OCU como la Ceaccu advierten de que sus estimaciones se basan en los últimos datos de la encuesta de presupuestos familiares elaborada por el INE y que habrá que esperar a la publicación de la norma para el cálculo exacto del impacto que esta medida tendrá para los bolsillos de las familias.

«Con independencia de la cifra final, lo que sí está claro es que esta subida va a suponer un freno al consumo de la familia, muy afectadas ya por los efectos de la crisis», señaló ayer la OCU en un comunicado. La medida afecta de «forma negativa» a todos los consumidores, insistió la organización.

Por su parte, la Ceaccu opina que es negativo, contraproducente e injusto el aumento de los impuestos indirectos y cree que se trata de una medida que se ceba en las «familias más vulnerables» porque su esfuerzo económico «será mucho mayor». Además anticipa un efecto negativo en el consumo y en la evolución de la economía.

La CECU cree que con estas medidas se incrementará la «depresión que ya vive el consumo de las familias» y un «agrandamiento de la brecha entre aquellos que menos tienen y las clases más pudientes». Otra consecuencia sería la del agravamiento del fraude a pequeña escala.

Facua, por su parte, expresó su rechazo a las medidas porque «merma el poder adquisitivo de los consumidores y los hace más pobres». La asociación no entiende cómo el Gobierno pretende sacar al país de la crisis con este tipo de medidas que en su opinión lejos de reactivar la economía, «empobrecen a la población y limitan su poder de consumo».