El proyecto Vacaciones en Paz, que permite que los niños saharauis disfruten de una estancia fuera de los campos de refugiados durante el verano, sigue adelante un año más. La iniciativa, organizada por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui y la Federación Andaluza de Asociaciones Solidarias con el Sáhara, trajo en junio a 101 menores a la provincia de Málaga, de los cuales 20 son acogidos en la capital. El objetivo es que los pequeños salgan del exilio, en un campamento de refugiados en el que están obligados a vivir desde hace 36 años.

Durante su estancia en Málaga, ampliarán y complementarán su educación, se mejorará su calidad de vida, en cuanto a la sanidad y la alimentación, y «conocerán el mar, del que han estado privados desde que nacieron y respirarán un aire de libertad y democracia», según dijo el delegado de Andalucía del Pueblo Saharaui, Abdalá Jalil. Otro punto que quiso resaltar fue la colaboración del área de Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo, que «no ha reducido» su aportación, con 7.000 euros. También agradeció la labor de las familias, que acogen a los menores aunque «cuesta llegar a fin de mes».

Los niños, junto a sus familias de acogida, fueron recibidos ayer por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en el Ayuntamiento. Tras disfrutar de un desayuno, el alcalde les invitó a «sentirse malagueños» y disfrutar su estancia.

Famlia Eguilús López, once años acogiendo niños

Julio César y María Teresa son una pareja con experiencia en acoger a saharauis. Llevan once años inmersos en la aventura de acoger a los pequeños y la primera niña que tuvieron «tiene ya veintiún años», recuerda Julio César Eguilús. La pareja resalta el «vínculo» afectivo que se crea con los pequeños y, como solo pueden venir durante cuatro años, intentan «que vengan los mismos durante varios años para que el contacto no se pierda». Su objetivo es quitarles del calor, ya que las temperaturas en el Sáhara alcanzan los 50º c, y «que disfruten de la playa». Acogen a dos pequeños con el fin de que «se den compañía y no extrañen».

Familia Pérez Fernández, una familia de cinco

Babí y Gira, un niño y una niña saharauis, pasarán julio y agosto con Juan y Lucía. Una familia que completan sus dos hijos y que, desde hace 14 años, se ve ampliada todos los veranos. Lucía Fernández asegura que «cuando se empieza no se puede parar» y Juan resalta lo que supone para los menores el venir a Málaga. Para ellos es «mucho, cuidas su alimentación, porque allí les faltan vitaminas; les damos asistencia médica y se les da lo que necesiten. Han ido incluso al dentista» recuerda. Además, echando la vista atrás han acogido, durante el periodo estival, a ocho niños y «varios más» en periodos más cortos.

Familia Ocaña González, la primera vez que acogen

Omar tiene diez años y «es muy tímido» destaca Esperanza González. Ella y su marido, Luis Ocaña, son primerizos en esta experiencia y se animaron porque Esperanza es «compañera de trabajo de la secretaria de la Asociación Malagueña del Pueblo Saharaui y me dijo que habían pocas familias y me animé», afirma. Además, la pareja tiene tres niños y reconoce que está siendo un camino de doble dirección porque, además de alimentar y cuidar a Omar, él «nos hace ver lo que es compartir. Es muy educado y nos enseña a valorar las cosas y aprendemos mucho». Por ello, no descartan repetir la acogida en años venideros.