La política de recortes y ajustes del Gobierno es "lo más contraproducente" para una educación de calidad del siglo XXI y supone una vuelta al XIX, según ha defendido hoy el catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga (UMA) Ángel Pérez.

Pérez, que ha participado en Vélez-Málaga en el curso de verano "Innovación y Educación de Calidad", ha asegurado a los periodistas que recortar y ajustar en este campo es "todo lo contrario" a lo que se necesita, ya que la educación actual requiere una concepción del profesor como tutor responsable del desarrollo de todos los niños.

"Eso es imposible si ponemos más horas al profesor y aumentamos la ratio, y de esa forma volvemos a la educación del siglo XIX, porque al docente no le queda más remedio que utilizar la metodología de la transmisión, cuando su responsabilidad no es transmitir, sino provocar el aprendizaje en cada niño", ha explicado.

El catedrático de Didáctica ha afirmado que los recortes son "absolutamente contraproducentes para la calidad, como demuestran todas las investigaciones", y ha precisado que lo que requiere este siglo es dar más tiempo y formación al profesorado para que pueda tutorizar individualmente el proyecto personal, académico y profesional de cada niño.

Según Pérez, la escuela que tenemos actualmente ha cumplido una función muy importante, pero ya está obsoleta y desbordada, puesto que se definió en el siglo XIX para hacer frente a las necesidades de una sociedad industrial donde los individuos tenían tareas productivas muy repetitivas, que se tenían que hacer muy bien y de forma mecánica.

Sin embargo, ahora los alumnos se tienen que enfrentar a trabajos creativos que requieren también mucha formación, pero no una formación para reproducir datos, "sino para aprender a inventar y a comprender un mundo más complejo".

"No sirve para nada que el niño esté aprendiendo a reproducir datos, hechos, informaciones, porque lo importante es que aprenda a utilizar el conocimiento para plantear hipótesis y resolver problemas", ha aclarado, y ha añadido que el modelo de talla única para todos del XIX ya no es válido.

En este punto, ha destacado la importancia de las nuevas tecnologías, a las que según el catedrático, "hay que dejar lo que tradicionalmente hemos hecho en la escuela, que es aprender nombres, datos, fechas y fórmulas".

Ha incidido en que todo eso es "el eslabón inferior del conocimiento" al que cada niño, adulto o profesional puede acceder a golpe de ratón o de teléfono móvil, y además, es "inabarcable", puesto que el desarrollo exponencial del conocimiento no permite su acumulación en el cerebro, "que no está hecho para eso, sino para organizar la interpretación".

Asimismo, ha insistido en que hay que privilegiar en el ser humano aquello que las nuevas tecnologías no saben hacer: la capacidad para pensar, inventar, crear y convivir de manera democrática.

No obstante, ha puntualizado que el docente es "insustituible" en su labor de ir viendo cómo se desarrolla cada niño y va superando sus debilidades y apoyándose en sus fortalezas.