Los vecinos y comerciantes de la zona de Barbarela están de enhorabuena. En los corrillos ayer no se hablaba de otra cosa: el lunes volvió a abrirse al tráfico el eje viario de la avenida Juan XXIII comprendido entre la avenida de Andalucía, a la altura de la plaza Manuel Azaña, y Ortega y Gasset, donde se encuentra el centro sanitario de especialidades San José Obrero (Barbarela), tras haber finalizado las obras de reurbanización ejecutadas por Metro Málaga. Falta por finalizar el paso inferior bajo la plaza de Manuel Azaña, en el que según indicaron desde la Junta se está ultimando la reposición de la urbanización y se espera que vuelva a la normalidad en las próximas semanas.

La reapertura se llevó a cabo en la mañana del lunes, tras la hora punta, y cogió por sorpresa a muchos de los vecinos y también a algunos usuarios de la línea 15 del autobús urbano, que se quedaron esperando en las paradas provisionales hasta conocer que el vehículo recuperaba su trazado original. Incluso, en la mañana de ayer, algún autobús discurría aún por el recorrido provisional. Los viandantes coincidían en que ya era hora de que se llevara a cabo la apertura de este tramo y saben que recuperar la normalidad en la zona sólo será cuestión de tiempo.

Pero aún quedan algunos retoques que hacer. A simple vista podían contemplarse separadores de plástico colocados en los viales, señales de tráfico provisionales de obra y algunas vallas. Las medianas no lucen vegetación, y hay árboles en las aceras que necesitan ser podados.

Estos más de tres años de obras han sido muy complicados para los vecinos y comerciantes de la zona. Los primeros han visto alteradas sus rutinas diarias y perjudicada su movilidad.

Florencio Lobato, que trabaja como taxista y también vive en la zona, recordó que «no se podía andar por la calle». En esto coincidió Carlos Ortigosa, que regenta un quiosco de la ONCE, que además explica que a pesar de que vive en la Cruz de Humilladero, tenía que dar más vueltas y emplear más tiempo en llegar hasta su puesto.

Otra de las dificultades durante los trabajos era aparcar en la zona, tal y como explicó Remedios Rodríguez, trabajadora del centro sanitario, quien añadió que una vez finalizados tampoco se ha resuelto del todo el problema, ya que la reurbanización ha conllevado la eliminación de una fila de aparcamientos que estaba en la acera frente al centro.

Los comerciantes se han llevado la peor parte. Sonia Castaños, contable de la Ortopedia Salas, que tiene dos negocios abiertos en la zona, señaló que al estar su actividad destinada a personas de movilidad reducida, durante las obras sus pacientes no podían acceder a la tienda, por lo que vieron reducida la facturación a la mitad y se vieron obligados a prescindir de la mitad de la plantilla. «Hemos aguantado lo que hemos podido», aseguró, y manifestó que incluso han llegado a desplazar su género a casa de los clientes que les llamaban y les comentaban que tenían dificultades para llegar. A pesar de ello, «los clientes que ya hemos perdido, los hemos perdido», sentenció.

Los negocios de hostelería también han visto reducidas drásticamente sus ventas. Pedro Navarro, propietario de la cafetería Barbarela, señaló que en su caso han tenido que recurrir a los ahorros para poder mantener abiertas las puertas. «Espero que la vuelta del tráfico se note, aunque no sea igual que antes de las obras por la crisis», manifestó. En esto también confía Javier Álvarez, encargado de la cafetería Rocío, quien espera que tras el verano se recupere el ritmo normal.

Que el tráfico rodado volviese a este tramo fue uno de los compromisos que la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta había adquirido en la reunión que mantuvo el pasado 6 de julio en la reunión con los vecinos y comerciantes de la zona.

En las próximas semanas, según el plan de trabajo de la Agencia de Obra Pública de la Junta, también se abrirá al tráfico el eje comprendido entre las calles Cómpeta y Virgen de la Cabeza, tramo en el que se están ultimando los trabajos de reposición de urbanización.