No hay elecciones a la vista. Por lo menos en los próximos cuatro meses, aunque la situación de interinidad que vive la cofradía de Zamarrilla desde hace casi siete años puede tener sus días contados. Al menos tendrá otro rostro al frente de la comisión rectora que en su día impuso el Obispado para normalizar la situación de la cofradía tras uno de los episodios más estrambóticos que se recuerdan. El prestigioso abogado malagueño Juan García Alarcón ha solicitado al vicario general de la diócesis, Alfonso Fernández-Casamayor, cesar en sus funciones como presidente de la comisión rectora que dirige.

Como adelantó ayer La Opinión de Málaga en su edición digital, tras la reinauguración de la ermita de la calle Mármoles después de algo más de un año en obras, García Alarcón ha comunicado al Obispado que está a su disposición. «Es algo que hacemos con cierta periodicidad, cada año, aunque en esta ocasión es cierto que lo hemos hecho constar con más énfasis», explicó ayer.

Según la autoridad eclesiástica, García Alarcón asegura sentirse cansado de llevar a cabo esta labor en la que, en teoría, tenía que haber sentado las bases para que la corporación pudiera haber convocado elecciones. Sin embargo, el delegado episcopal de Cofradías y Hermandades, Francisco Aranda, señaló que «los directores espirituales de la cofradía nos aconsejan que todavía no se celebren estos comicios».

Aún parece que hay heridas abiertas, por lo que la decisión del Obispado ha sido nombrar a un nuevo rector, que tratará de reconducir la situación para poder celebrar elecciones «en octubre o noviembre» de este año, según Aranda. «No se trata de un comisario electoral, como en los casos recientes de Expiración o Rocío, sino de un hermano que, como presidente de la rectora, prepare el camino para celebrar esas deseadas elecciones», añadió el delegado episcopal. Se trataría de alguien que tendría aún que responder al Obispado si acepta.

García Alarcón se reserva su opinión sobre si la cofradía está preparada o no para iniciar un proceso electoral. A su juicio, el mandato de la rectora ha sido un periodo «en el que yo no he creado ningún conflicto». «He dialogado con todo el mundo porque ese es mi carácter», señaló. «Quien se siente ofendido con la cofradía es porque no se ha querido reconciliar con ella», sentenció. El aún presidente de la rectora destacó la restauración de la ermita y de todos los enseres de la procesión «en una etapa muy comprometida», el incremento de las relaciones con el barrio de la Trinidad y con la parroquia de la Amargura, la colaboración con Cáritas o la presencia de la banda de música en la JMJ de Madrid el verano pasado como los grandes referentes de su gestión.

Sin embargo, la salud de la cofradía aún no se ha recuperado y continúa el mal de fondo a pesar de estos siete años, como se demostró en un reciente cabildo en el que los hermanos tumbaron la propuesta de reforma de estatutos que presentó la rectora.

Sólo el rumor de una posible convocatoria de elecciones puso sobre la mesa la posibilidad de que se presentaran tres candidaturas distintas, demostrando que aún existirían fisuras en el seno de la corporación, aunque dos de ellas podrían haber alcanzado un acuerdo para formar una lista de consenso.

En principio, ya se están preparando las candidaturas encabezadas por Federico del Alcázar (más cercana a la actual rectora) y otra en la que se unirían los cofrades que apoyan a Mario Arcas y a Juan Manuel Ramos. De hecho, y según ha podido saber este periódico, se habría producido también un acercamiento con Del Alcázar para sólo presentar una candidatura, aunque éste podría haber rechazado este ofrecimiento.