La Junta de Andalucía tendrá que aportar unos 20 millones de euros al año para subvencionar el billete del metro y mantener unas tarifas asequibles frente al coste real de transportar a un viajero. La paralización de la construcción y puesta en servicio de los dos últimos tramos del metro para que llegue al Centro eleva el coste de transporte de cada viajero a 3 euros, de modo que la Administración andaluza tendrá que aportar la diferencia entre los 1,30 euros del billete sencillo y el coste real de la puesta en funcionamiento de este medio transporte.

Cuando a finales de 2013 se ponga en marcha la «V» del metro -formada por las líneas 1 y 2, con el vértice en la estación de Renfe- la Junta tendrá que aportar unos 20 millones de euros anuales para sostener las tarifas del metro, cubriendo la diferencia entre la tarifa técnica (unos 3 euros de coste por viajero) y la tarifa comercial (1,30 euros de precio del billete sencillo). No obstante, estas cifras se cumplirán si se cubre la previsión de la concesionaria de llevar 12 millones de pasajeros anuales en ese recorrido parcial, elevándose de forma proporcional el coste del servicio si no se alcanza esa ocupación.

Sin calendario La llegada al Centro, con la última parada en La Malagueta, es la que marcará la rentabilidad de esta infraestructura. Sin embargo, la consejera de Fomento, Elena Cortés, ya anunció el miércoles que esta inversión se paralizaba sine die por los recortes en inversión de infraestructuras acometidos por la administración autonómica.

El tramo Renfe-Guadalmedina se retoma ahora para terminar el túnel, aunque no hay inversión prevista para la instalación de las vías, catenarias y estaciones necesarias para su puesta en servicio. En el caso del Guadalmedina-Malagueta, con un coste que rondará los 115 millones de euros de fondos propios de la Junta de Andalucía, no hay fecha prevista para su licitación.

Esta paralización condena a que la línea de metro funcione de forma parcial durante varios años (no será antes de 2017 en el mejor de los casos), con la incertidumbre de no contar con un calendario fiable para su término por la falta de financiación.

El lado negativo es que el coste por pasajero será más alto al no llegar esta infraestructura al Centro y quedarse en Renfe, reduciendo su capacidad de captar viajeros y elevando el coste del viaje de cada pasajero de forma considerable.

No obstante, la empresa concesionaria calcula que podrá mover unos 12 millones de pasajeros al año entre las líneas 1 y 2 y a falta del tramo común, aunque se mantiene lejos de los 20 millones previstos para la infraestructura completa. De ahí que el coste por viajero suba a 3 euros y se aleje de la tarifa prevista de 1,30 euros por billete sencillo. Esa diferencia la asumirá la Administración andaluza, con unos 20 millones de euros de subvención a la concesionaria para mantener los precios a un nivel asequible.