La Universidad de Málaga, como el resto de las instituciones académicas públicas, tendrá absoluta autonomía para decidir la equivalencia de sus créditos ECTS en número de horas de actividad docente. El objetivo es aplicar la nueva regulación de la dedicación del profesorado a la enseñanza. El decreto-ley de racionalización del gasto autonómico en educación de 20 de abril de 2012 establece que el profesorado que sea excelente en la investigación reduzca la docencia a un máximo anual de 16 de esos créditos; y los que presenten una actividad científica mínima, amplíen la enseñanza a 32.

Según publicó ayer la revista especializada Magisterio en su edición digital, las universidades se quejaron de que la dedicación lectiva se fijase en número de créditos ECTS (sistema europeo de transferencia de créditos), pues es la medida que se aplica a los alumnos para alcanzar las competencias de cada titulación en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Esos créditos valoran el tiempo invertido por el alumno para sacar adelante el plan de estudios; cada uno de ellos representa entre 25 y 30 horas de aprendizaje, que incluye no sólo la asistencia al aula, sino también la dedicación al estudio, seminarios o resolución de ejercicios, entre otras actividades.

La Conferencia de Rectores y el Ministerio de Educación acordaron en junio que un grupo de trabajo aclarara las dudas sobre la cuestión. Posteriormente, la Secretaría de Estado de Educación, FP y Universidades emitió una nota sobre este asunto. «Corresponde a las universidades, en ejercicio de su competencia, y de conformidad con lo dispuesto en la normativa tanto estatal como autonómica, traducir en cada caso concreto esta referencia legal (crédito ECTS) a número de horas docentes», dice el documento. Cita como referencia de esta regla el decreto de 1985 sobre régimen del profesorado universitario, que establece una dedicación compuesta por bloques de actividad del docente en conexión con el alumno.