El consejero de Cultura y Deporte, Luciano Alonso, lamentó ayer que el Obispado, después de que la Junta de Andalucía no renovara el convenio que mantenían, haya decidido dar salida a las obras del Museo de Málaga que permanecían en el Palacio Episcopal hasta la apertura del recinto expositivo del Palacio de la Aduana. Al respecto, aseguró que la Iglesia, «con lo que se ha ahorrado» en la gestión del Episcopal y que el Gobierno regional ha sufragado, «perfectamente podría haber pagado el IBI».

En este sentido, Alonso, que presentó ayer en Málaga los XI Encuentros de Arte Genalguacil, subrayó que «vivimos tiempos de dificultad y las instituciones, entre las cuales está la Iglesia, debemos hacer un esfuerzo para llevar de la mejor manera posible este difícil momento económico».

Así, señaló que una vez finalizado el contrato de arrendamiento «le pedimos al Obispado que nos permitiera continuar con la sala expositiva en el Palacio Episcopal hasta que se pudiera inaugurar el Museo de Málaga», propuesta que, finalmente, no se ha efectuado, por lo que las piezas han sido trasladadas a las naves ubicadas en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), a la espera de que la galería, que sufre retrasos, abra sus puertas.

Al respecto, el consejero criticó que desde el Obispado se dijese que «la Junta no ha pagado nada y se niega a pagar un alquiler», según recordó. Esta declaración, que «rompe la posibilidad de acuerdo, me entristeció poderosamente», declaró, rebatiendo la opinión de la Iglesia en cuanto a la gestión del Gobierno autonómico sobre el patrimonio eclesiástico.

Según expuso el titular andaluz de Cultura, la adecuación del Palacio Episcopal costó 2,4 millones de euros a la Junta, administración que también asumió durante el tiempo el mantenimiento del edificio, la seguridad y el personal de sala. Teniendo en cuenta estos datos, «estoy convencido de que con lo que se han ahorrado podrían perfectamente haber pagado el IBI», apuntó.

No obstante, el consejero también hizo referencia a otras inversiones como los 2,3 millones de euros en la Iglesia de los Santos Mártires o los 3,7 millones desde 1990 en la Catedral. «Todo esto lo hemos invertido porque creíamos que era bueno ayudar a mantener el patrimonio y lo hicimos por los malagueños y por aquellos que vienen a visitarnos», apostilló, al tiempo que incidió en que «nosotros sabemos cuáles son nuestras competencias, asumimos nuestra responsabilidad».

Recordó, al respecto, que la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía «fija que los propietarios tienen la obligación de conservar, mantener y custodiar los bienes integrantes del patrimonio histórico andaluz se encuentre o no catalogado».

Alonso señaló que el personal que se encontraba trabajando en el Palacio Episcopal, después de que la Junta no haya renovado el convenio con el Obispado, ha sido trasladado al Teatro Romano, espacio que ampliará su horario en agosto. De este modo, a partir del 1 de agosto permanecerá abierto los martes, de 15.00 a 20.00 horas; de miércoles a sábado, de 09.00 a 20.00 horas, y domingos y festivos, de 09.00 a 14.00 horas.

Esta adecuación de horario «permite que más gente pueda visitarnos», dijo. Asimismo, en otoño se prevé que esté operativo en la sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), ubicado en el Palmeral de las Sorpresas, un espacio expositivo para «el talento y creaciones andaluzas».

«Si pensaban que nos íbamos a quedar de brazos cruzados, se equivocaron», dijo y reiteró a la Iglesia que «estamos abiertos al diálogo permanente», abogando por aunar esfuerzos y sumar voluntades».