El Ayuntamiento está dispuesto a acabar con una práctica que se ha venido sucediendo, por costumbre o tradición pero fuera de la legalidad, en la Feria de Málaga. Este año ha endurecido los criterios para la adjudicación de casetas e intensificará los controles para evitar que estos espacios en el Real sean realquilados y explotados por terceros, hasta el punto que cinco asociaciones han optado por renunciar a su concesión para evitar una más que segura sanción económica.

Muchas de las que se concedían como casetas familiares se convertían, por arte de magia y de varios miles de euros de por medio, en casetas discoteca que eran denunciadas por las que estaban a su lado. Son los casos más evidentes. En otras ocasiones, la ilegalidad es más difícil de demostrar. Por este motivo, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, Damián Caneda, ha anunciado controles más estrictos y diarios, a cargo de agentes de la Policía Local y de técnicos del área de Cultura.

Caneda recordó que el año pasado, el Ayuntamiento abrió expediente a más de 20 instalaciones por no cumplir las normas. Además, sancionó a tres casetas e incluso decretó el cierre de una cuarta. Estas saciones oscilan entre los 750 euros, en el caso del primer apercibimiento; los 3.000 euros, cuando se ha tenido que apercibir por segunda vez; y el cierre, si los adjudicatarios no corrigen. «Este año estaremos muy atentos a las que el año pasado ya no cumpieron la normativa», señaló el edil.

El Ayuntamiento ha adjudicado este año 153 casetas familiares de las que algo más de la mitad pertenecen a peñas de la Federeción Malagueña. Estos espacios son cedidos de forma gratuita, al tratarse de asociaciones sin ánimo de lucro. En otros casos, según Caneda, en las que las casetas se ceden a empresas de hostelería, estos espacios no son gratis. «Este año hemos llegado a un acuerdo para que los hosteleros se encarguen de estas casetas que estarán situadas en la zona de la juventud del Cortijo de Torres», explicó. En estos casos, no se les exije que tengan cocina, ni que reserven el 50% del espacio concedido a mesas, ni que respeten los horarios del resto.

Caneda fue contundente al defender el proceso de adjudicación de casetas del que dijo que es «diáfano y claro» y en el que se han seguido rigurosamente los plazos. «No son verdad las acusaciones que hemos recibido de falta de equididad o de amiguismo», sentenció el concejal.

Del mismo modo, explicó que este año el Ayuntamiento ha pedido a las entidades adjudicatarias un diseño previo de la caseta para aumentar la calidad de su decoración. Todas estas exigencias, así como las dificultades económicas de algunas asociaciones para montar su caseta este año, en plena crisis económica, han provocado algunas vacantes, añadió Caneda. Cinco de ellas, en concreto, para evitar una segura sanción económica, ya que solían realquilarlas porque no tenían capacidad de explotarlas por ellos mismos. «Es razonable que renuncien antes de ser multados», concluyó Caneda.

Casetas que no son rentables y cierran. El concejal, Damián Caneda, y el área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga también quieren acabar, en lo posible, con la penosa imagen que ofrecían las casetas que permanecían cerradas a mitad de la Feria porque las empresas que habían alquilado el espacio a los adjudicatarios no terminaban de encontrar rédito a su inversión y les salía más caro mantenerlas abiertas y pagar al personal contratado. «Son empresas que pagaban una cantidad pactada de antemano a las asociaciones que se hacían con la concesión de la caseta, independientemente del negocio que pudiera hacer», explica Caneda, que sostiene que las casetas «no son tan rentables como muchos se creen. Al menos no todas», indicó.