Otitis, quemaduras, gastroenteritis, picaduras de medusas y de insectos, conjuntivitis, traumatismos, infecciones de la piel, golpes de calor o cortes de digestión. El verano trae consigo un incremento o mayor presencia de determinadas dolencias a causa de las actividades y los hábitos de vida y de ocio propios de la época estival.

Baños en el mar y en piscinas contribuyen a la subida de los casos de otitis, el aumento de las comidas fuera de casa a un repunte de gastroenteritis o la mayor práctica de deportes a más lesiones o traumatismos. Pero, sin duda, de entre los problemas más graves que los médicos tratan en esta época del año se encuentran los pacientes afectados por los golpes de calor y el denominado corte de digestión (hidrocución), recuerda el jefe de Medicina Interna de Xanit Hospital Internacional, Juan Carlos Gavilán. «Éstos pueden causar la muerte, no lo olvidemos», reseña el facultativo.

Por su parte, el médico de familia y vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Málaga, Enrique Vargas, subraya que en verano en general disminuye la frecuentación a los centros de salud y las urgencias, salvo en las zonas costeras, pero aumentan determinadas patologías. Otitis, problemas gastrointestinales y los traumatismos se llevan la palma en lo que a número de casos se refiere, estima ante su dilata experiencia.

También en verano hace su aparición la denominada diarrea del viajero. «El agua que bebemos del grifo tiene pequeñas partes de bacterias a las que nuestro cuerpo está digamos acostumbrado, tolera. El problema surge cuando viajamos y bebemos agua de otra parte con otras bacterias a las que no estamos habituados», comenta.

Los problemas gastrointestinales son más frecuentes en invierno, dice, pero en verano por esta causa y por el hecho de comer fuera y exponernos al agua y a alimentos se dan este tipo de cuadros con menor tiempo de duración y que no suelen estar acompañados de fiebre, vómitos y que se prolongan durante un número menor de días de forma general.

También hay nuevas patologías que aparecen. «Estamos tratando picaduras del mosquito tigre. Se dan más en primavera, pero la reacción es fastidiosa», comenta Enrique Vargas.

No hay que olvidar que el verano es el gran amigo de las reacciones alérgicas, las quemaduras, los ya mencionados golpes de calor, los cortes de digestión, las infecciones de la piel, la conjuntivitis y las picaduras de insectos, enumera al respecto el facultativo Juan Carlos Gavilán.

El sol tomado de forma excesiva es el gran peligro, subraya. Envejecimiento precoz, quemaduras a corto plazo y cáncer de piel a largo plazo, son sus devastadores efectos. Además, también favorece la aparición de alergias inducidas por medicamentos (fotosensibilidad) o ante determinadas enfermedades que empeoran con el sol (lupus). En cuanto a la temida hidrocución Gavilán explica que ésta se produce ante un cambio brusco de temperatura, como darnos un baño con mucho calor.

Pero las dolencias veraniegas no acaban ahí. También son frecuentes las infecciones en la piel producida por hongos (pie de atleta al andar descalzos en las duchas) o el hongo cándida que causa infección en la ingle, la axila o bajo las mamas al haber más humedad en las zonas de los pliegues.

También se debe tener precaución con las conjuntivitis producidas por nadar con los ojos abiertos que, explica, pueden pasar de inicialmente irritativas a bacterianas. Picaduras de mosquitos, orugas, arácnidos o de medusas, erizos y peces araña también son frecuentes.

Una hidratación, alimentación e higiene adecuada y evitar las horas de más sol, son algunos prácticos consejos para evitar estas molestas o incluso graves dolencias, comentan al respecto los facultativos.