La carpa que se habilitó durante esta Feria en la explanada de Santo Domingo todavía da de qué hablar. Desde el PSOE, la portavoz municipal del partido en el Ayuntamiento de Málaga, María Gámez, calificó ayer que la imagen ofrecida de la ciudad ha sido «lamentable» en cuanto al botellón «institucional» que se creó en dicha zona y que fue «promovido y arbitrado» por el propio equipo de gobierno. Es por ello que desde el grupo socialista declararon como «muy deficiente» el control de consumo de alcohol de menores durante las fiestas y exigieron que el año que viene no se vuelva a repetir.

En un balance sobre la Feria, una vez terminada y marcada por la crisis económica, la portavoz socialista pidió al PP que después de gestionar un total de 16 ferias, la ciudad se merece un modelo «estable, definido y tranquilo» y no más experimentos que año tras año presentan las mismas deficiencias. Botellones ubicados en varios puntos de la ciudad, aunque en menor medida que el año anterior, según informó Gámez, ya que muchos se concentraron en el ya conocido gueto, malos olores, orines y dificultades en materia de movilidad, continuan siendo los principales problemas, a juicio del partido socialista.

El elevado precio del billete para ir en transporte público al Real, con un coste de dos euros por trayecto, supuso una barrera para muchos a la hora de moverse, además de que zonas como Martiricos, Ciudad Jardín o La Roca no tuvieron conexión directa. Todo ello sin contar la falta de convenios con transportes interurbanos para facilitar que personas de municipios próximos pudieran asistir a la Feria. En definitiva, una gestión por parte del grupo municipal respecto a la movilidad que la portavoz socialista tachó de «suspensa» y «deficiente» en todo lo relacionado con contenidos culturales ya que fueron puntuales en lugares como la plaza de la Merced y calle Alcazabilla.

Otro punto que destacó la portavoz, acompañada del concejal Manuel Hurtado, fue la «falta de seriedad» del PP en relación con las atracciones y las irregularidades que hubo respecto a la noria que interfería, en un principio, el espacio aéreo. Además, mencionó el fomento, este año, de caminar hacia un modelo de feria privada con derecho de admisión y pago en algunas casetas. En esa línea, desde la oposición denunciaron la concesión «a dedo» de varias casetas en el Real, en concreto cinco, según afirmaron, y el revestimiento cultura por parte de empresas de ocio en el centro para estar presentes en la Feria.

Todo ello se tradujo desde el PSOE con un «sobresaliente» en «discrecionalidad» por parte del Partido Popular en materia administrativa, ayudas a obtener o no un permiso de caseta o decidir si puede estar una atracción.

Los deberes para la próxima Feria. Para el PSOE la solución para combatir el botellón no está en concentrarlo, lo que calificó como la «tarea fácil» para el Partido Popular, sino en fomentar la seguridad y el control para evitar que se produzca lo máximo posible. Además, desde el equipo socialista proponen al PP una serie de mejoras sustanciales a tener en cuenta de cara a la Feria del año que viene.

Implantar un modelo estable, sin experimentos, en el que haya un diálogo con comerciantes y peñistas, a la vez. Eliminar el sobrecoste del billete del transporte público, así como los malos olores que concentra la ciudad esos días. Fomentar la oferta cultural y ofrecer mayores comodidades como son incrementar el número de toldos, sombras y aseos, son otros de los puntos a tener en cuenta, además de hacer una promoción más amplia de la fiesta, tanto a nivel interno como externo. Todo ello sumado al rigor de cumplimiento en materia de atracciones, adjudicación de casetas y cifras ofrecidas sobre la Feria, que no se basan en ningún balance, sino que están hechas a ojo por parte de los populares, sin tener datos que contrasten lo mencionado.