Los delegados provinciales del Gobierno andaluz y de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, José Luis Ruíz Espejo y Javier Carnero, respectivamente, junto a representantes del Aula del Mar, han liberado este jueves tres ejemplares de tortuga boba en la costa malagueña. Los animales fueron hallados en distintos puntos del litoral andaluz y se han recuperado de sus lesiones en el Centro de Recuperación de Especies Marinas (Crema) gestionado por la Junta de Andalucía.

Estas tortugas llegaron al centro con distintos problemas derivados de la interacción con el arte de la pesca. "Una de ellas traía un anzuelo de potera clavado en el esófago y ha sido el caso más complicado", ha informado el presidente del Aula de Mar de Málaga, Jesús Martín, durante el acto de liberación de estas tortugas.

Los otros dos ejemplares presentaban signos de enmallamiento en sus extremidades, una en la aleta delantera derecha que estaba produciendo la tumefacción de ese miembro y la otra presentaba en la misma aleta que la anterior un sedal que comprimía la articulación, provocándole también la tumefacción de esa extremidad.

Martín ha explicado que el procedimiento a seguir consiste en retirarse de cinco a seis millas de la costa, para que las tortugas no se acerquen a las barcas de pesca y así puedan recuperarse. A su vez, ha explicado que se les inyecta un microchip, de modo que si el animal aparece en una playa, con tan sólo pasar el lector de microchip se sabe el desplazamiento que ha seguido la tortuga y "eso nos sirve para investigar y conocer mejor la especie".

La estación elegida para dar de alta a estos ejemplares recuperados es el verano, "ya que es la época óptima porque es cuando su metabolismo está en su pico de actividad", ha señalado el presidente. Además, ha añadido que durante estos meses "comida no les va a faltar porque hay muchas medusas en las playas que es su alimento favorito".

La recuperación de estas tortugas suele oscilar entre siete u ocho meses, a excepción de la afectada por el anzuelo cuyo reposo ha durado un año. Durante el último tiempo del proceso de recuperación "hemos estado haciendo una aclimatación con pescado y medusa para que los ejemplares puedan adaptarse al medio al que se les libera", ha señalado Martín.