Ochenta y cuatro actores, un cuerpo de baile, un búho real, una serpiente pitón y unos decorados que homenajean a los museos de la ciudad forman algunos de los ingredientes que el fotógrafo Eduardo Nieto ha elegido para la representación de la obra Don Juan Tenorio que dirigirá el próximo 31 de octubre en el Teatro Alameda, un acto organizado por la hermandad de Viñeros y que tiene como objetivo recaudar dinero para tres actividades benéficas que están apoyando a muchos malagueños muy afectados por la crisis.

La representación será, como es tradicional, el 31 de octubre, en el Teatro Alameda. Se han previsto dos sesiones, a las 18.00 y a las 21.00 horas, lo que permitirá que unas 1.200 personas puedan asistir a esta obra de teatro. El donativo para la entrada será de 10 euros y se podrán adquirir en la casa hermandad de Viñeros de 18.00 a 21.00 horas, todos los martes y jueves, o llamando al 952 218 005.

Eduardo Nieto, que dirige la representación, explicó que la obra se dividirá en cuatro partes y, entre las novedades que incluirá, está un cuerpo de baile, una procesión de ánimas con flagelantes y cartujos, dos escenas viviendas de en las que se representan dos cuadros del Siglo de Oro (La vieja friendo huevos, de Velázquez; y Niño comiendo uvas, de Murillo).

Además, uno de los detalles que se ha querido cuidar en la representación son los decorados, que homenajean a los museos de la ciudad con fotografías de escenas de estos espacios, como el Museo de Artes y Costumbres Populares y el Museo Picasso, entre otros.

El objetivo de esta representación no puede ser mejor, ya que todo el dinero que se recaude irá destinado a financiar proyectos benéficos como la actividad de Cáritas, a la asociación Oikia Malacitana que trabaja con marginados y a la Fundación Corinto, el economato social puesto en marcha por las cofradías malagueñas y al que ahora se suma Viñeros.

Cartel anunciador. El cartel anunciador de esta representación teatral ha sido realizado por la joven pintora malagueña Noelia Guerrero, que ha elegido como motivo central las manos entrelazadas de Don Juan y Doña Inés a través de una reja.

La autora explica que ha utilizado una técnica de carbón y lápiz conté para realizar las manos, con un fondo gris en acrílico y pintura al óleo para un ramo de uvas de Corinto que aporta un toque de color y es un guiño a la secular vinculación de Viñeros con los bodegueros malagueños.

Noelia Guerrero señaló que la reja está inspirada en la que luce una de las ventanas del Palacio del Obispo, además de cuidar especialmente los detalles, ya que las ropas representadas siguen la moda de la época para darle un mayor realismo.