La promoción de 98 viviendas sociales de alquiler que la Obra Social La Caixa tiene en las calles Catedrático Cristóbal Cuevas, 21 y Ramón Ramos Martín, 3, en el nuevo barrio de Soliva, fue distinguida en 2009 con la mención de honor en el Premio Málaga de Arquitectura, aunque quienes accedieron a los pisos €menores de 35 años y mayores de 65€ tienen una visión mucho menos positiva de la promoción premiada.

Se trata de pisos de entre 45 y 50 metros cuadrados útiles en los que, critican los inquilinos, el mantenimiento brilla por su ausencia, a lo que se suma un alquiler que muchos consideran muy elevado para unos pisos que, recalcan, además no son de buena calidad. Así lo cree Fernando Doblas, un vecino que paga 365 euros al mes por su casa de algo más de 50 metros cuadrados, un precio en el que está incluido el IBI, la provisión de fondos y el aparcamiento, por lo que, cuenta, ya ha echado la solicitud para una vivienda municipal con el fin de pagar menos y encontrar un piso de más calidad.

La queja pues es doble, falta de mantenimiento y de calidad de las viviendas. De la primera crítica ya quedó constancia en abril de esta año en La Opinión, porque la mitad de las placas solares de la promoción no funcionaba y los vecinos, desde que llegaron en 2009 no habían tenido acceso a este servicio. «Ya están arregladas, pero la otra mitad está desconectada porque los tubos por los que baja el agua no están bien sujetos y era insoportable dormir por la noche», explica Fernando Doblas.

David Ruiz, un vecino que acaba de mudarse a otro barrio de Málaga por estos dos problemas, señala una pequeña zona exterior con chinos y llena de matojos €«esto parece una selva», apunta una vecina€. David también comenta que el ascensor lleva unos 10 días averiado y no podrá ser reparado hasta septiembre. Fernando Doblas añade que la puerta exterior del garaje está rota «desde que entré aquí hace dos años», mientras señala las grietas que han aparecido en la fachada de un edificio de sólo tres años. «Aquí no viene nadie», lamenta David Ruiz.

Los vecinos también critican que aunque la puerta interior del garaje, que estaba rota, sí fue arreglada, la reparación ha consistido en la colocación de un sencillo interruptor, sin llave, que parece invitar a cualquiera a entrar dentro.

Con respecto a la calidad de las viviendas, «al principio los pisos tenían muchísimos defectos y la mitad no vino a arreglarlos nadie y siguen igual», cuenta David Ruiz, que indica que tiene mal el suelo de tarima flotante, «puse el sofá y se hundía, aunque de primera hora avisé de los defectos».

Otro vecino habla de las dificultades que tiene para ducharse en una ducha en la que el agua se sale siempre fuera. «Cada vez que te duchas tienes que estar fregando», lamenta.

En el caso de David Ruiz, su puerta de entrada a la casa cerraba mal y la arregló. Además, antes de marcharse y para dejar el piso en buenas condiciones, lo pintó entero. Este antiguo inquilino se queja de que ahora la caja de ahorros le quiere retener 500 euros del aval de los 2.000 que dio para entrar en el piso, por un cambio de cerradura de la puerta €en malas condiciones desde el inicio, subraya€ «y por una ventana que no abría bien, y es que las ventanas nunca han abierto bien». «No puedes reclamar por una casa que está mal desde el principio», resume.

Sin respuesta de La Caixa

Esta sección trató durante todo el jueves de la semana pasada contactar con algún responsable de mantenimiento de la Obra Social de La Caixa, algo que sí logró el viernes, cuando siguiendo las indicaciones de un portavoz, envió por correo electrónico las quejas de los vecinos, correo que el sábado no había sido contestado por La Caixa. Esta sección seguirá informando.