Málaga cuenta con 192.143 parados que se han visto afectado por la crisis, de ellos 84.200 son de larga duración, lo que quiere decir que llevan más de doce meses demandando empleo. Un puesto de trabajo que, para conseguirlo, habrá que lucharlo con un gran número de candidatos. Pero los tiempos están cambiando y ya no vale con entregar el currículum y esperar a que nos llamen por teléfono. Ahora cuenta tanto el perfil profesional como el humano y, por supuesto, saber afrontar una entrevista de trabajo.

Para llegar a la entrevista primero habrá que superar el filtro del currículum, una parte clave y más difícil de lo que se cree, ya que en Adecco afirman que seis de cada diez currículos están mal hechos. La base de un buen currículum «no consiste en hacerlo exuberante, si no en que esté bien redactado y sea claro», afirma el director comercial de Andalucía de Adecco, Raúl Cortés. Además, hay que tenerlo actualizado y con una fotografía reciente tipo carné y, a ser posible, acompañarlo con una carta de presentación y otra de recomendación.

La entrevista. Si en un currículum se piden datos sobre la cualificación profesional, durante la entrevista se tratará de contrastarlos. Sin embargo, en esta segunda fase es donde entra en juego el factor humano priorizando «los valores personales», apuntan desde la consultora madrileña Factor Humano. Lo primero es tener buena presencia, «no se trata de ir en traje, pero tampoco en chanclas», nos recuerda Raúl Cortés.

Una vez sentados ante el entrevistador la consigna es clara: sinceridad. El socio director de Standby Consultores, Pedro García, nos recuerda que la función del entrevistador es «conocer al candidato en el menor tiempo posible», por lo que hay que facilitarle el trabajo y ser transparentes dado que están preparados para captar incoherencias que pueden suponer la diferencia entre salir de la cola del SAE o no. Las empresas buscan a profesionales «que puedan ir más allá de la simple permanencia en el trabajo», dice Pedro García, que subraya que buscan a trabajadores comprometidos con «los valores de la sociedad». También es bueno conocer qué tipo de empresa es, para saber qué valora.

Compromiso, generosidad, proactividad y sinceridad son algunos de esos valores. La experiencia puede ser menor pero, demostrando compromiso con la empresa y sus proyectos se puede suplir esa carencia, además las compañías buscan a personas proactivas, que no se queden en cumplir con el horario laboral, quieren a gente con ganas de aprender e innovar.

Pero si hay un valor que destaca sobre todos los demás es la flexibilidad. Las consultoras coinciden en que es fundamental ser flexible en el entorno laboral y tener disposición para ser capaces de desempeñar otras funciones, además de nuestra especialización, y tener posibilidad de trasladarse en una época en la que las reestructuraciones de las empresas hacen que los trabajadores tengan que cambiar de puesto e, incluso, de ciudad.

Por último, hay que ser conscientes de que la especialización es fundamental para conseguir un puesto de trabajo. «Se buscan perfiles singulares», argumenta Pedro García, personas que sepan hacer una labor específica de manera eficaz.

Además, en Adecco añaden que ese tipo de trabajador con experiencia específica ha de tener entre 26 y 30 años. Una puerta abierta para los jóvenes, que sufren la crisis con especial dificultad para encontrar trabajo, pero que ven cómo les piden juventud y experiencia, por lo que para optar a un puesto de trabajo tienen que empezar «como sea», recuerda Pedro García que señala que antes los jóvenes empezaban desde un puesto inferior al de su cualificación y tenían que trabajar desde abajo para llegar a encontrar su puesto idóneo.

El currículum debe ser conciso y detallar el trabajo realizado. El currículum es la carta de presentación en una entrevista de trabajo y de él depende parte del éxito. Sin embargo, no todos los candidatos saben darle forma. Debe tener una extensión de una o dos páginas como mucho y estar actualizado. Además, deben aparecer todos los trabajos realizados con las fechas correspondientes al servicio, bien delimitadas, y detallar todas las funciones que se han llevado a cabo en el puesto de trabajo.

Otra de las claves es orientarlo al puesto al que se quiere acceder, destacando en otro apartado los trabajos que no tienen que ver con el ámbito laboral al que se aspira. También hay que ser sinceros y no incumplir una de las reglas de oro: no mentir. Es preferible intentar resaltar las virtudes del trabajador y minimizar los defectos, pero mentir supone un riesgo añadido porque las consultorías analizan los currículos y normalmente, si se miente, aparecen incoherencias.