«Estamos orgullosos de los buenos profesionales con los que hemos trabajado», señala Antonio Romero, efectivo del Consorcio Provincial de Bomberos, en el parque de Coín; mientras que su compañero Rafael Porras, miembro del parque de Ronda, no deja de resaltar que «el trabajo en equipo ha sido muy bueno, sino hubiera sido así...» y es incapaz de continuar.

Por ellos, y por los cientos de efectivos de bomberos, que participaron en la extinción del fuego que se inició el pasado jueves, 30 de agosto, en Barranco Blanco en Coín, y que se extendió en pocas horas hasta los municipios de Alhaurín el Grande, Mijas, Ojén, Marbella y Monda; el personaje de la semana se ha convertido en muchos personajes.

Héroes contra las llamas que no dudaron en salir corriendo en cuanto sonó su teléfono para participar en la extinción de mayor incendio la provincia de Málaga en 25 años. Un incendio que, según los expertos, podría haber calcinado el doble de hectáreas sino hubiera sido por la rápida actuación de los profesionales contra el fuego. «Cuando el fuego llegó a la A-355 estaba tan cerca que tuvimos que agacharnos por el calor», señala Rafael, mientras relata cómo cada dos metros lanzaban agua para evitar que las llamas saltaran la carretera y alcanzara El Juanar.

Ni Antonio ni Rafael tenían que trabajar ese día, pero en cuanto divisaron las llamas supieron que allí tenían que estar. De hecho, Antonio Romero, que lleva unos seis años trabajando en el Consorcio y que reside en la zona, fue uno de los primeros de los grupo de apoyo en llegar a la zona. Junto a su compañero encontraron a un grupo de una docena de niños que habían estado bañándose en la zona y los sacaron de Barranco Blanco.

Rafael Porras, que lleva más de tres años como bombero del Consorcio, vio el fuego y antes de que sus compañeros llegaran de Ronda, él ya estaba preparado en el parque de Coín, a la espera del coche bomba que lo trasladó a la zona del fuego, donde «la rapidez y la virulencia del fuego nos hizo muy difícil trabajar». «A veces nos encontrábamos intentando frenar las llamas para que no llegaran a las casas, pero se desviaban; nunca había estado en un incendio forestal tan difícil», precisa.

«Fue un trabajo duro, en muchos momentos tuvimos que retirarnos porque el fuego nos envolvía», cuenta Antonio y señala que «la orografía del terreno, la noche, y la carga tan grande del fuego hizo que las labores de extinción fueran muy complicadas». Además, tal y como ambos recalcan «es muy importante la limpieza y el mantenimiento de la sierra para que los fuegos se extiendan lo menos posible» y resaltan que «la prevención es la mejor forma de apagar fuegos. Del mismo modo, quisieron valorar la actuación de los demás efectivos que participaron en la extinción, como Infoca, Guardia Civil, Policía Local, UME, Protección Civil y los voluntarios en las tareas de limpieza.

Pero estos bomberos, que aseguran que «ver arder en un menos de un minuto una loma de más de 300 metros ha sido de lo más impresionante», concretan que «había mucha gente que no quería abandonar sus viviendas e hicimos todo lo posible para que no ardieran».

Con experiencias como ésta, no cabe duda que sus relaciones personales no quedan en compañeros de trabajo: «Nuestro trabajo es convivencia, pasamos muchas horas juntos y tenemos vínculos muy fuertes». Son una piña. De hecho, «quien llega nuevo se integra rápido», afirman.

Sus horarios de trabajos son de 12 horas, de 9.00 a 21.00 horas y viceversa, en los que cada día tienen asignado un puesto, por ello su labor es diferente cada jornada. Además, entre sus tareas está la revisión de los vehículos y del material para que todo esté a punto en cualquier momento, hacen labores de mantenimiento del parque -«es como nuestra casa»- y realizan unas tres horas de prácticas. En cada jornada también hacen deporte y, en algunos casos, estudian el callejero de los municipios para conocer la zona y trabajar con la mayor celeridad.

En definitiva, la preparación, el esfuerzo y la concienciación, son la base de los héroes que salvaron Málaga de una desgracia mayor.

¿Por qué es el personaje de la semana? Antonio Moreno y Rafael Porras forman parte del Consorcio Provincial de Bomberos, y participaron en el control y la extinción del incendio que comenzó en Barranco Blanco, en la localidad de Coín, y que se extendió por cinco municipios más. Alhaurín el Grande, Mijas, Ojén, Marbella y Monda, fueron alcanzados por las llamas, pero la buena coordinación y el trabajo en equipo de los bomberos, Infoca, Guardia Civil, Protección Civil, y la policía local de estos municipios hizo que el fuego no se propagara aún más.