La portavoz de Sanidad del PP-A, Ana María Corredera, acusó ayer a la Junta de Andalucía de «guardar facturas» en los cajones y aumentar así la deuda sanitaria que asciende «de nuevo» a más de 700 millones de euros.

La vicesecretaria de Organización, Electoral y Política Municipal del PP andaluz denunció ayer que el Gobierno central consiguió hace dos meses «dejar a cero» las facturas pendientes de la Junta en materia de Sanidad y «ahora vuelve a sumar» una deuda de más de 700 millones de euros. Corredera afirmó que, de seguir así, a final de año la deuda sanitaria andaluza se volverá «a disparar», y recordó que el «agujero» de la deuda llegó a alcanzar los 2.600 millones de euros.

Indicó que las empresas privadas de formación han tenido que plantear un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ante «los impagos» de la Junta, que desde 2006 les adeudan 40 millones de euros, lo que ha llevado a «amenazas» de corte de luz en las residencias de mayores y se ha puesto «en riesgo» el sistema de catering de estos centros.

Por ello, Ana María Corredera aseveró que es necesario «frenar» a la Junta, a la que calificó como la institución que «más recorta» en servicios sociales como educación y sanidad y puso como ejemplo la reducción de un 25% de la jornada laboral y el salario de 5.800 trabajadores del SAS.

A su juicio, esto se suma a un sistema sanitario «totalmente colapsado», en el que este año se han hecho «menos sustituciones que nunca», en concreto, hasta un 33 por ciento menos en las urgencias de la Costa del Sol, según especificó, a lo que se une la no renovación de contratos y que los centros de salud han estado durante «más tiempo cerrados».

La popular señaló ayer que esta medida del SAS constituye «un recorte más» de los que ha llevado a cabo el Ejecutivo autonómico liderado por un Partido Socialista que en los últimos 30 años ha hecho «poco o nada» por la Sanidad en Andalucía ni por otras muchas cuestiones de «vital importancia» para la región.