La empresa malagueña Anelair, fundada en el año 1996 y dedicada a la domotización y eficiencia energética de edificios, ha decidido predicar con el ejemplo y, a pesar de los tiempos de crisis, ha destinado una fuerte inversión a renovar por completo su propia sede del Camino de San Antón -una casita de las de toda la vida- para transformarla en un vanguardista edificio sostenible de clase energética «A».

La obra, que será inaugurada oficialmente en unas semanas, incluye mejoras tan peculiares como un sistema para almacenar hasta 1.000 litros de agua de lluvia o del grifo del lavabo y reutilizarla en las cisternas de los WC, el uso de energía solar para dar servicio a la iluminación o a los ordenadores de la empresa y una regulación automática de la iluminación interna en función de la luz del sol que entra a través de las ventanas, con persianas y cortinas «inteligentes».

Esta potente equipación, que en Málaga sólo poseen algunos inmuebles de nueva generación de la Universidad, permite un ahorro del 40% en el consumo de electricidad y agua y un ahorro energético respecto a un edificio normal de hasta el 60%, según explica a este periódico Juan Jesús Martín Ruano, responsable de la firma.

«La crisis es para todos, cierto, pero dentro de ella estamos en una posición sólida y queríamos dar un paso al frente. Hemos derruido la casita que teníamos para proyectar algo que sirva de ejemplo de los que hacemos a todo el que pasa o al cliente que nos visita», apunta Martín Ruano. Las obras, que han durado unos siete meses, han supuesto una inversión de 500.000 euros y habilitado un espacio de 600 metros cuadrados que cuenta con zonas de recepción, oficinas y almacenes.

Para que el frío «no se fugue». Lo más llamativo, sin duda, son los componentes de eficiencia energética. El inmueble cuenta con aislamientos térmicos especiales que evitan que el frío de la climatización «se fugue», lo que permite un sensible ahorro en aire acondicionado. Los aislamientos térmicos están realizados a base de celulosa -un material de bioconstrucción sostenible- mientras que la impermeabilización del edificio se ha hecho con otro material ecológico: el corcho.

Además, unos recuperadores entálpicos hacen que el frío del aire acondicionado de la estancia, al salir a la calle por el sistema de ventilación, enfríe el aire caliente de la calle que entra en el edificio, con lo que los equipos de aire acondicionado tienen que trabajar menos para llegar a la temperatura deseada. Lo mismo ocurre con la calefacción en invierno.

El flamante edificio de Anelair, que cuenta con 40 empleados y que facturó 4,5 millones de euros en 2011, utiliza también persianas exteriores que optimizan la luz natural y la protección solar, con lamas orientables accionadas por sensores solares que se mueven solas en función de la luz exterior y la posición del sol.

El sistema también efectúa una regulación automática de la iluminación en función de la luz solar, con luminarias que regulan su intensidad dependiendo de la luz que entre por las ventanas.

Anelair cuenta entre sus clientes con el Adif, el Materno Infantil, el Centro Regional de Transfusión Sanguínea, Renfe, Telefónica o el Ayuntamiento de Málaga. Entre sus trabajos destacan además el alumbrado eficiente de las playas de Benalmádena o el sistema inmótico integral del nuevo edificio de rehabilitación del Hospital San José de los Hermanos de San Juan de Dios. Anelair, que trabaja en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, espera que su sede sea su mejor tarjeta de visita.