La sanidad se ha puesto en pie de guerra contra los recortes que está adoptando el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y la ampliación de la jornada laboral a las 37,5 horas, que denuncian que se está aplicando sin haber alcanzado un acuerdo previo con la plantilla.

Las concentraciones y los gestos de protesta se suceden en la provincia, retomándose esta semana un conflicto que estaba larvado desde agosto pasado y que está alcanzando su cénit con la ruptura de las conversaciones entre los sindicatos y el SAS para acordar el reparto del incremento de la jornada laboral.

Parece que los puentes entre la Delegación de Salud y los sindicatos del sector están rotos. La diferencia de las posturas sobre cómo aplicar la ampliación de la jornada laboral, que la administración quiere utilizar para reducir las guardias, ha provocado el final de las negociación y la extensión de las movilizaciones contra una ampliación del horario que los sindicatos denuncian que se está utilizando para reducir personal.

Movilizaciones. El Hospital Clínico fue ayer el epicentro de las protestas, pero hoy se trasladará a Coín para denunciar los fuertes recortes previstos en el Distrito Sanitario del Valle del Guadalhorce, con la reducción del servicio de ambulancias y la bajada de personal.

Las protestas registradas ayer en el Clínico fueron además dobles. La principal reunió a más de un centenar de trabajadores del hospital para externalizar su malestar por los recortes acometidos por la Junta de Andalucía y el Gobierno central. La convocatoria, realizada por todos los sindicatos con representación en el centro sanitario, incluyó la colocación de un crespón negro en uno de los laterales del edificio del Hospital Clínico, como «símbolo del declive de la sanidad pública», como apunta un comunicado.

Casi de forma simultánea, los trabajadores de la empresa de ambulancias Manuel Pasquau, encargada de gestionar este servicio en el Clínico, se concentraron también ayer en las puertas del hospital convocados por el sindicato CCOO. Los empleados de esta empresa están llamados a una huelga indefinida desde la semana pasada tras la ruptura de las negociaciones entre CCOO y la empresa, a la que exigen la reincorporación de los diez conductores despedidos y el pago puntual de las nóminas.

En Carlos Haya se produjo otra movilización, de 150 personas, que se concentraron frente a la puerta convocados por los sindicatos que forman la junta de personal de este centro sanitario. El Sindicato de Enfermería (Satse) también se sumó ayer a las movilizaciones con una cacerolada en la sede del Distrito Sanitario de Málaga, en la calle Sevilla, en la que participaron unos 150 profesionales sanitarios, de los que el 80% eran enfermeros.

La protesta, que comenzó sobre las 15.00 horas, duró unos 30 minutos a la espera de que saliera el director del Distrito Sanitario de Málaga, Maximiliano Vilaseca, para expresarle el malestar por la aplicación de la nueva jornada laboral. Representantes del Satse explicaron que el objetivo es cubrir las guardias y sustituciones, por lo que no se han renovado los 90 contratos de profesionales que realizaban estos servicios.