Después de la tormenta siempre llega la calma. Este podría ser el mejor guión para resumir cómo fue el día de ayer para cientos de familias perjudicadas de Archidona, Villanueva del Rosario y de Villanueva del Trabuco, muy afectadas por los daños causados con motivo de las lluvias torrenciales. La realidad que acompaña a la provincia de Málaga en estos momentos apenas sí se recupera de los daños causados por el fuego de hace poco más de un mes y que ahora debe hacer frente a miles de euros en pérdidas materiales y de animales y a la recuperación de localidades que ya estaban atravesando serias dificultades.

La zona de las Huertas del Río, ubicada a las afueras de Archidona, refleja de la mejor manera posible el daño que causó la tromba de agua. Caminos difícil de transitar, cuantiosos daños materiales y proyectos de vida que en apenas cinco minutos desaparecieron. La casa de la familia Nuñez de Castro, situada en esa zona, es el claro ejemplo de los daños materiales causados. «En apenas cinco minutos vi como una riada entraba y rompía la puerta de mi parcela, inundaba todo el huerto y llegó a colarse en mi casa, me sentí indefenso ante la situación que estaba viviendo», explicaba ayer José Nuñez, quien ocupa una de las viviendas más afectadas de la zona de las Huertas y que valora entre setenta mil y cien mil euros los daños causados por el temporal.

Pedro Javier Cabrera, otro de los vecinos afectados, posee su vivienda a un kilómetro escaso de las Huertas pero fue el lugar donde el río desembocó hasta llegar a un cauce, seco hasta el momento. «El agua llegó hasta la primera planta de la vivienda y los inquilinos que la ocupan pudieron resguardarse en el piso superior donde no sufrieron daños pero la vivienda está destrozada».

En este municipio está activo el servicio de atención por parte de efectivos y cuerpos especializados para ayudar a todos los afectados que hasta el momento se cuentan por cientos. El Ayuntamiento de la localidad va a solicitar la declaración de zona catastrófica para poder cubrir el desastre que ha ocurrido en Las Huertas del Río y Salinas. Así lo indicó el teniente de alcalde del municipio, Francisco Jiménez, en su encuentro el viernes con la consejera de Fomento, Elena Cortés, después de su visita a la zona afectada. De esta forma Archidona, y las arcas municipales, podrían hacer frente a los daños materiales ocasionados y que hasta el momento se cuentan por miles.

A partir de mañana estará a disposición del público una oficina en el Ayuntamiento con el fin de atender a todos los afectados y comenzar a realizar un balance más serio que verifique de la manera más fiel posible el alcance real de esta tragedia.

En el caso de Villanueva del Rosario el guión es el mismo pero con distintos protagonistas. La calle del Arroyo fue la más perjudicada ya que se encuentra junto al cauce del río que se desbordó.

Las decenas de familias limpian sus casas con el objetivo de hacer un recuento de las pérdidas materiales ocurridas. Los muebles y coches destrozados se amontonaban ayer en las calles cercanas a la del Arroyo llegando hasta casi el comienzo del pueblo, donde el agua desembocó después de arrastrar toda clase de objetos a su paso. Los cortes de luz y de agua dificultan las labores de limpieza y aumentan la preocupación ante la inexistencia de agua potable.

En el caso de Villanueva del Trabuco los desperfectos se pueden localizar en gran parte del pueblo. Casas afectadas, más de setenta vehículos enterrados bajo el fango y gran parte del colegio de la localidad destruido complican aún más la vuelta a la normalidad de estos vecinos. Su alcalde, Antonio Vegas, cuestiona la posibilidad de la vuelta a clase por parte de los niños mañana lunes después de los daños causados en el centro escolar. «Desconocemos aún los daños que se han registrado en el municipio de manera oficial y también si los más pequeños podrán ir al colegio ya que se ha derrumbado una parte importante del mismo. Además me comunicaron que se encuentran desaparecidos cerca de setenta coches enterrados entre el fango que rodea a la localidad».

La falta de agua potable es otro de los problemas más urgentes y que está afectando de manera más directa a todos los vecinos. Las cañerías están atoradas por la tierra.

La comarca de Antequera intenta desde ayer recuperarse poco a poco de una de las tragedias más importantes de los últimos años.

Pueblos sin luz, sin agua y sin colegio. Archidona, Villanueva del Rosario y Villanueva del Trabuco hacen recuento, de manera no oficial, de las pérdidas materiales ocurridas en cada una de las viviendas. Muebles destrozados, viviendas inundadas y vehículos desaparecidos es el presente de la comarca antequerana que debe hacer frente a esta situación sin contar aún con ayudas oficiales.

Los distintos ayuntamientos iniciarán la próxima semana una evaluación de los daños producidos y que además pueda ayudar a las familias a volver a la normalidad. Los cortes de luz y agua o el derrumbe del colegio de Villanueva del Trabuco son los problemas más urgentes de estos municipios y que esperan que se solucionen en breve.

TESTIMONIOS DE LOS AFECTADOS

José Núñez | Huertas del ríoSu casa quedó inundada y destruida

«Ahora tenemos que hacer frente a esta situación pero los momentos que se vivieron fueron muy angustiosos, se veían los animales muertos nadando en un río inmenso que era mi propia parcela, nunca viví nada igual. Cuando vi el agua venir hacia mi casa intenté salvar a mi mujer como pude. Los daños materiales creo que pueden rondar los setenta mil euros».

María Nuñez | Huertas del ríoFue la casa la que actúo como tapón y provocó el desborde

«Todo ocurrió en segundos, fue muy rápido y sin posibilidad de reaccionar, por suerte vino mi sobrino a casa y consiguió salvarme -explicaba María Núñez, que no quiso aparecer en la fotografía-. Mi parcela fue usada como tapón por el agua, que venía desde el río, provocando un desborde hacia las viviendas más cercanas aquí en las Huertas del Río. Mi patio está lleno de piezas de las vías del tren y de puertas de casa de otros lugares».

Francisco Sevilla | Huertas del ríoGrandes pérdidas de objetos de valor ubicados en una cochera

«El agua consiguió abrir las puertas de mi casa y derrumbó todo a su paso, la piscina está llena de agua y de barro después de todo lo que cayó por mi propiedad -contaba ayer Francisco Sevilla-. He perdido numerosos objetos de valor y máquinas para trabajar en el campo que se encontraban en una cochera fuera de la casa. Un perito vendrá la próxima semana y evaluará todos los daños».

Pedro Javier Cabrera | Casa ubicada a un kilómetro de Huertas del ríoSu casa estaba ocupada por unos inquilinos de alquiler

«En cuestión de diez minutos mi casa casi se viene abajo. Yo no estaba en el momento que ocurrió pero los inquilinos que la ocupan pudieron salvar su vida después de resguardarse en la parte alta de la vivienda. La cochera fue usada por el río como cauce llevándose a su paso cuadros, instrumentos musicales y toda clase de objetos, ha sido una desgracia. Esta casa está construida junto al cauce del río en el que desembocó toda el agua que procedía de Huertas del Río».

Mónica Alcalá | Villanueva del RosarioEl agua inundó la zona baja de su casa y sus vehículos

«Mi casa pudo aguantar como pudo a la tromba de agua, llegó barro por todos lados y los coches se inundaron. Mi marido tuvo que socorrer a una familia inglesa que reside junto a nuestra casa y que ha quedado totalmente destruida. Rompió los barrotes de una ventana y arrastró al hombre en peligro hacia la casa cuando el agua estaba a punto de llevárselo. En mis 32 años nunca vi una

cosa parecida a ésta, jamás».

Francisco Berrocal | Villanueva del Rosario, calle ArroyoLa vivienda es de sus padres con más de ochenta años

«En el momento de la riada por esta calle yo no estaba aquí, esta casa es de mis padres, pero se vivieron momentos de terror al ver a los vecinos tan preocupados por lo que estaba sucediendo. Ahora toca hacer limpieza y también balance de cosas que se han perdido ya que la calle era un río que se llevó a su paso toda clase de objetos pero además sin agua, ya que no hay. Los muebles y los coches pasaban por la calle como sin más».