El aperitivo tuvo lugar los pasados 28 y 29 de junio. El juicio de blanqueo de capitales en el que la cantante Isabel Pantoja, el exregidor marbellí Julián Muñoz y la exmujer de éste, Mayte Zaldívar, se juegan su honra y su futuro penitenciario se reanuda hoy en medio, de nuevo, de una gran expectación mediática: 150 profesionales de treinta medios locales, regionales, nacionales e internacionales cubrirán las 44 sesiones de un proceso que ha estado en el punto de mira de la opinión pública desde la detención de la cantante en mayo de 2007.

Sobre el proceso, nacido en el seno del caso Malaya, pende la amenaza cierta de ser devuelto por el tribunal que preside Federico Morales al Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella para que se realicen nuevas pruebas. Entre otras, la defensa de Julián Muñoz, ejercida por Miguel Criado, pide que se realice una pericial caligráfica de una agenda que se le incautó en el registro del chalé Mi Gitana, que éste compartía con su entonces pareja, Isabel Pantoja. La intervención se realizó en julio de 2006.

En los dos primeros asaltos de este juicio, celebrados a finales de junio, las partes expusieron las cuestiones previas. Los letrados de los diez acusados pidieron la nulidad del proceso por vulneración de derechos fundamentales. No en vano, acusaron a la Fiscalía de una actuación sorpresiva al encontrarse numerosa documentación a la que no habían tenido acceso antes y que provenía de Malaya. El tribunal suspendió y dio tres meses a las partes para que estudiaran esas cajas y ampliaran, si era el caso, sus escritos de defensa o acusación.

Miguel Criado pidió que no se admitieran esos documentos, entre los que había, según dijo, un sobre anónimo enviado al juez Torres, instructor del proceso, en el que se informaba sobre pagos relacionados con la tonadillera y el exregidor, papeles cuya sustracción fue denunciada.

Todas las defensas van a incidir, de nuevo, según las fuentes consultadas por La Opinión de Málaga, «en que se vaya para atrás en el proceso, que vuelva a Marbella». Incluso, se va a volver a reclamar la nulidad de todo lo actuado y de los registros efectuados. También se incidirá en la competencia del Juez Miguel Ángel Torres para instruir el asunto, y, aunque la amenaza es de cierta entidad, como ya ocurrió con Ballena Blanca, es difícil que se remita el caso a Marbella. «En esos documentos hay muchos datos que no nos atañen», indica la fuente consultada.

En concreto, el objeto de juicio es el dinero supuestamente blanqueado por Julián Muñoz a través de su esposa hasta 2003, Mayte Zaldívar, y de Isabel Pantoja, su entonces pareja, a partir de ese año. En concreto, 3,5 millones de euros del Consistorio marbellí, siempre según el fiscal. Para la tonadillera se piden tres años y medio de cárcel por blanqueo y una multa de 3,8 millones por lavar supuestamente 1,8. Su expareja se enfrenta a siete años y medio de cárcel y a una sanción de 7,5 millones, mientras que a Zaldívar se le pide una pena idéntica a la de Pantoja.

Por tanto, volverá a habilitarse un apartado de cuestiones previas para ampliar el ya celebrado en junio, y aunque las defensas creen que el tribunal volverá a suspender para deliberar sobre los nuevos asuntos planteados, la Fiscalía está preparada para empezar a interrogar a los acusados de manera inmediata, lo que podría ocurrir, al albur de lo que decida el tribunal, hoy mismo o mañana.

El triángulo que estuvo en la cresta de la ola marbellí hasta mediados de la pasada década vuelve hoy al banquillo de los acusados.

La defensa de Pantoja dice que ella generó 19 millones de euros. La idea central del caso es determinar si Isabel Pantoja es como la infanta Cristina, comparación verbalizada por la artista recientemente. El asunto estriba en que el blanqueo, para considerarse delito, debe cumplir con dos factores: que se inyecte el dinero negro en el circuito y que se sea consciente de ello. Los letrados de Pantoja han atacado los informes de la policía y la presentan como una persona confiada que se fió de su pareja. Además, ella, arguyen, ya tenía dinero antes de conocer al exalcalde marbellí: en concreto, hasta 2010 generó 19 millones de euros con su actividad artística y sus negocios. ¿Por qué, entonces, necesitaba lavar ningún líquido? Esa es la idea y a ella se agarra la defensa, que en el primer día de juicio denunció la forma en la que se la detuvo en Marbella, la exposición mediática que sufrió y lo mal que lo pasó en el calabozo. Ni siquiera pudo contestar con coherencia a las preguntas del juez. Su declaración está al caer.