El incendio que un enganche ilegal a un transformador provocó la madrugada del 16 de agosto fue la gota que colmó el vaso. El suceso hizo que los Bomberos de Málaga realizaran un demoledor informe sobre las lamentables condiciones en las que se encontraba el camping de los Baños del Carmen, lugar en el que desde hace más de tres años había un asentamiento okupa que tenía exasperado y atemorizado a medio barrio de la zona Este. El informe hablaba de un importante foco de insalubridad y de un grave riesgo de nuevos incendios que provocaba la gran presencia de basura, restos vegetales y hojarasca.

«Actuación subsidiaria y preventiva para garantizar la salubridad y la seguridad de la zona y su entorno». El Ayuntamiento de Málaga, incluido el alcalde, Francisco de la Torre, evitó en todo momento pronunciar la palabra desalojo, un concepto que implica la presencia de una orden judicial que no existía. El regidor, sin embargo, apremió a la empresa concesionaria a que impidiera nuevos asentamientos.

En todo caso, dicha empresa, la Subdelegación del Gobierno y la Dirección de Costas están de acuerdo en un operativo que contará con una segunda fase inmediata. Según fuentes cercanas a la concesionaria, ésta vallará la zona de los eucaliptos una vez que el Ayuntamiento concluya las labores de limpieza para así evitar que sea okupada de nuevo.

Todos en pie a las 7.30 horas. La Policía Local de Málaga fue el implacable despertador de las 18 personas que en ese momento dormían en las tiendas y en lo que queda de los antiguos muros de los vestuarios del camping. Una vez que los acampados cogieron sus pertenencias, un ejército de bomberos y operarios de Limasa y Parques y Jardines tomaron la zona de los eucaliptos para trabajar a destajo durante toda la jornada. Los primeros sanearon los árboles centenarios y los segundos retiraron una cantidad ingente de basura entre plagas de insectos, roedores y un olor nauseabundo. El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga, Julio Andrade, aseguró allí mismo que la Policía Local tendrá acotada la zona día y noche previsiblemente hasta finales de la semana, cuando la limpieza, en la que se emplean productos de desinfección tóxicos, se completará.

Los trabajadores de limpieza consultados por este periódico no daban crédito a las condiciones en las que vivían los desalojados, mientras una docena de éstos se apostaba en la zona de playa con la intención de crear un nuevo campamento. «No tenemos otro sitio al que ir», repetían una y otra vez mientras miraban cómo las máquinas machacaban el poblado ante la satisfacción contenida de un nutrido grupo de vecinos.

Julio Andrade aseguró que el dispositivo se realizó sin incidentes y que los campistas recogieron sus pertenencias con carritos e incluso con vehículos particulares. Según el edil, a todos se les ofreció ser atendidos por los Servicios Sociales municipales. A mediodía, diez personas se habían interesado por algún tipo de ayuda y seis casos ya se habían tramitado, aseguró Andrade, quien añadió que sólo dos pidieron dormir en un albergue municipal y otros dos solicitaron apoyo para desplazarse a otros puntos del país. Igualmente, muchos de los animales que los okupas tenían allí, mayoritariamente perros, fueron entregados voluntariamente por sus propietarios al Centro Zoosanitario Municipal.

La actuación municipal se produjo una vez que Parque Balneario Nuestra Señora del Carmen SA respondió a un requerimiento del Ayuntamiento de Málaga del 20 de septiembre que le instaba a subsanar las deficiencias detectadas por los bomberos. El concesionario respondió siete días después que le resultaba imposible atender el requerimiento por falta de medios y por el temor a que los okupas pudieran oponerse a dichas tareas. Según Andrade, el coste de todo el operativo correrá a cargo del concesionario.