La foca del ártico encontrada hace dos días en la desembocadura del río Guadalmedina y capturada en la playa en la noche del martes ha fallecido por la debilidad que padecía y la afección por una gastroenteritis, así como la ingesta de varias piedras, según fuentes de Medio Ambiente.

Tras pasar las primeras 24 horas en observación en las instalaciones del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (Crema), el mamífero nadaba tras los exámenes médicos en la piscina y se recuperaba poco a poco, aunque finalmente no ha podido superar los problemas que sufría, ya que pesaba apenas 25 kilos, la mitad de lo que debería pesar un ejemplar de entre cuatro y cinco meses.

La foca fue avistada por primera vez el lunes por la noche en la desembocadura del río, en el centro de la capital malagueña, aunque no pudo ser capturada hasta anoche, cuando el animal se acercó hasta la orilla.

Se trata de un ejemplar macho que podría haber llegado desde el Ártico, a unos 4.000 kilómetros, arrastrado por las corrientes marinas y quizás por una desorientación.