Es responsable de la atención psicológica de las enfermas de cáncer de mama y sus familiares y del programa Mucho por vivir de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) por lo que trata a diario con el cáncer de mama. Aboga por acudir al médico siempre que haya una anomalía y no dejarlo pasar por miedo.

¿En qué medida es necesaria una atención psicológica tras la detección del cáncer de mama?

Como necesario, en porcentaje no es elevado, aunque sí se recomienda el programa de «primer impacto», en el que se hace una consulta para valorar las necesidades de tipo emocional o social que necesita la paciente para minimizar problemáticas a esos niveles posteriores. Tras esas consultas, se hace una entrevista y valoramos las necesidades que se plantean: muchas veces nos centramos en la situación con la familia, el entorno, y después en miedos típicos como la curación o el tratamiento. Con respecto a personas que necesiten terapia en sí misma, el porcentaje es del 30 o 40%.

¿Qué papel ocupa la familia?

La familia ocupa un lugar primordial. Todos los que trabajamos estamos de acuerdo en que afecta al núcleo familiar, aunque físicamente afecta a las pacientes, pero a nivel emocional la familia se ve en ocasiones más afectada, porque en este país aún ocurre que la primera receptora de información es la familia, a la que muchas veces se le informa de manera menos enmascarada que a la propia paciente, aunque las hay que quieren estar informadas. La familia es la fuente de apoyo social y el pilar fundamental más importante.

¿Puede llegar la enferma a tener más miedo por el sufrimiento ajeno que por el propio?

Indudablemente es una patología que afecta más a la mujer que al hombre, y tenemos un rol de cuidadoras más elevado que el de los hombres, con lo cual el instinto de proteger y la preocupación de que ellos sufran es elevado. Les preocupa que su gente sufra por lo que les ocurre, aunque depende de la edad de la paciente. Si tenemos en cuenta un rango de edad, hay mucho sufrimiento en los hijos si son pequeños, por los padres si están vivos y por la pareja. También hay un deseo por no mostrar realmente lo que sienten para que la familia no sufra. Eso les lleva a no permitirse estar mal. Siempre explico la importancia de la expresión emocional, depende de como la persona afronte la enfermedad, hay personas con una patología previa y otras muy catastrofistas, eso nunca es positivo.

¿Qué papel juega la edad a la hora de afrontar un diagnóstico?

Por mi experiencia -hay estudios que lo avalan y otros que no- el afrontamiento más complicado es el de las mujeres que tienen hijos que aún dependen de la madre, aunque depende de cada una. Todas comentan lo mismo, «¿qué va a ser de mis hijos si me pasa algo?». También depende del tratamiento, hay mujeres sin hijos con una cirugía más mutilante, como una mastectomía, que también es importante por la imagen corporal. Cada una es un mundo.

Y las herramientas con las que trabajan, ¿varían según la edad?

Las técnicas psicológicas tienen que ir adaptadas a la persona que tienes delante, siempre. Igual que el tratamiento médico es individualizado, este también.

El diagnóstico de cáncer de mama provoca incertidumbre y miedos. ¿Cuáles son los mecanismos para explicar que hay una salida?

Hay que empatizar con el paciente, normalizar los miedos que puedan tener y darle estrategias que le ayuden a afrontar de forma eficaz la enfermedad. Luego hay que ayudarle a aceptar que está en un proceso oncológico.

¿Está la sociedad concienciada?

Yo creo que sí comparado con otros cánceres. Hoy en día tanto internet como las asociaciones o los medios de comunicación dan mucha información muy dirigida a la detección precoz. Cuando a una persona le detectan un cáncer de mama, hay un mundo por descubrir. Es importante que cuando una mujer vea cualquier cambio en su pecho, acuda al médico, porque hay una creencia que aún existe de no ir para que no le detecten nada malo. Si tienes algo malo, cuanto antes lo detecten, mejor.

Se ha especulado con que Sanidad pueda eliminar las mamografías como servicio básico.

Como trabajadora de la asociación, en esto hay que ser muy cautos. Nosotros abogamos por la detección precoz, llevamos mucho luchando por el programa de screening de mama. Sería una pena que todo lo que hemos luchado se perdiera.