Guadalmar, el polígono Guadalhorce y San Julián son las zonas de la ciudad que tienen más riesgo de sufrir una inundación en caso de lluvias torrenciales por encima de los niveles habituales, tal y como recoge el Plan Municipal ante el Riesgo de Inundaciones, que fue presentado ayer por el concejal de Seguridad, Julio Andrade.

El Plan determina las zonas con más riesgo de Málaga, la mayoría de ellas situadas en la cuenca del Guadalhorce, donde se da la circunstancia de estar por debajo del nivel del cauce del río y del mar. A esto se le une la acción de los arroyos de las Cañas y Teatinos, con una amplia capacidad de desagüe en el Guadalhorce y que multiplican el efecto de las crecidas por lluvia.

Andrade explicó que el plan elaborado por el Ayuntamiento establece una serie de medidas que tiene que tomar Protección Civil en caso de fuertes lluvias y en función del grado de alerta que se tenga. Así, durante las últimas lluvias los voluntarios comprobaron los niveles del agua en estas zonas de riesgo, «pero en ningún momento se alcanzaron los límites máximos», apuntó.

En caso de que se decrete la alerta roja -con más de 60 litros caídos en una hora o 120 litros en doce horas- los habitantes de estas zonas serían desalojados ante el riesgo de inundación.

El Plan Municipal de Inundaciones establece un segundo nivel de riesgo que afecta a la cuenca del arroyo Totalán, Parque Litoral, el aeropuerto y varias zonas de Campanillas. El cauce del Guadalmedina también está considerado de alto riesgo, aunque más como medida preventiva ya que desde la construcción de la presa del Limosnero se evitan las inundaciones.

Prevención. Entre las medidas preventivas que se incluyen en el plan destaca la limpieza de los 85 arroyos del municipio. Protección Civil se encarga de hacer un informe exhaustivo sobre el estado de los cauces en los meses de mayo y junio, en los que recomienda cómo y dónde actuar para su limpieza y eliminar posibles obstáculos para la salida del agua. Servicios Operativos se encarga de esta limpieza, que también se aplica a las grandes canalizaciones de pluviales que acomete la empresa municipal Emasa.

Andrade mostró además la necesidad de contar con la colaboración ciudadana, sobre todo para evitar que se aparque en los cauces de los arroyos. «Esto supone un riesgo, no sólo porque el agua se lleve el coche, sino también para los propios ciudadanos», aseguró el concejal de Seguridad. Éste adelantó además que en las próximas semanas se actualizará el Plan Municipal ante Riesgo Sísmico.