Orden de poner más multas en la zona azul, amenazas veladas de despido, eliminar el tiempo de cortesía a los coches estacionados en el Sare y obligatoriedad de que los agentes de vigilancia repartan publicidad forman parte de las duras acusaciones vertidas ayer por el comité de empresa de la Sociedad Municipal de Aparcamientos y Servicios (Smassa), que atribuyó a los jefes de servicio de la empresa la imposición de estas medidas.

«Los agentes del Sare están sufriendo presiones por parte de los jefes de servicio para aumentar el número de denuncias», aseguraba ayer un escrito de los representantes de los trabajadores de Smassa, firmado por el presidente del comité y su secretario, Manuel Limón y José García, respectivamente.

El comité de empresa denuncia que la orden fue transmitida a la plantilla de vigilantes de Smassa el pasado 17 de octubre de forma verbal, incitando a los trabajadores a «que denuncien a los ciudadanos inmediatamente, sin dar el margen de cortesía que hasta la fecha se estaba dando», afirma el comunicado de los trabajadores.

Esta medida implica, según asegura el comité de empresa, que se denuncie de forma inmediata a los usuarios estacionados en zona azul «y no se les permite que dispongan de un tiempo prudencial para sacar el comprobante» o renovarlo, eliminando el tiempo de cortesía que se ofrece actualmente. Además, insisten en que estas presiones han llegado acompañadas de «amenazas veladas de despido».

Los representantes de los trabajadores critican el notable aumento de la carga de trabajo de la actual plantilla, que se ha mantenido con el mismo personal pese a que el número de plazas de zona azul a vigilar se ha duplicando en apenas unas semanas, ascendiendo actualmente a 2.338.

«El comité de empresa le ha pedido a la dirección que reconsidere su postura, ya que tiene un claro afán recaudatorio», continúa el escrito de los trabajadores, que recuerda que estas medidas «no se ajustan a lo que el equipo de gobierno del Ayuntamiento ha manifestado». Así, apunta que el incremento de la recaudación también beneficia a la parte privada.