Más de 200 profesionales relacionados con la salud mental se han reunido desde el jueves y hasta hoy en el Hopital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga para analizar las técnicas de Psicoterapia Multifamiliar, un tratamiento avanzado y novedoso basado fundamentalmente en la terapia grupal. En estas participan el enfermo y sus familiares coordinados por un experto terapeuta, que puede ser psicólogo, psiquiatra o enfermero, junto a otros pacientes y sus congéneres.

De este modo, el centro sanitario celebró el cuarto congreso internacional en esta materia, donde participaron además un centenar de representantes de asociaciones de usuarios, pacientes y familiares del ámbito de la salud mental.

Durante la misma, además de formar a expertos en la materia, se trató de explicar los beneficios de esta terapia, que se lleva a cabo en Málaga desde hace cinco años de manera pionera en Andalucía. En concreto, la provincia cuenta con estas terapias en Marbella, Antequera, Vélez-Málaga y Cártama Estación. El coordinador autonómico de Salud Mental, Rafael del Pino, explicó en rueda de prensa que en unos meses la capital malagueña también empleará este tipo de tratamiento, al que el paciente acude de manera voluntaria. Todos los enfermos con problemas de salud mental ya sean agudos o leves pueden acceder a estas sesiones con sus familiares. Se celebran una vez por semana o de manera quincenal, según el centro, y tienen una duración de entre una y dos horas.

El especialista en Terapia y Educación Multifamiliar, Hernán Simón, explicó que no solo reducen costes y optimizan recursos, sino que se dinamiza a los grupos, lo que les ayuda a expresarse e incluso a mejorar con sólo escuchar a los demás.

Según este experto, que imparte clases en la Universidad de Buenos Aires, este es el punto de mayor importancia de la terapia. «Conversan como probablemente nunca lo han hecho en su vida y aprenden de lo que cuentan los demás». Y es que según el experto en la materia, se saca más provecho de grupos de treinta personas que de una terapia individual.

En este sentido, el responsable de estas terapias en Cártama Estación, Francisco Vicario, explicó que las psicoeducativas dan más información para entender la enfermedad mental, mientras que las multifamiliares ayudan a que se den cambios que de otra manera no se habrían dado.

Uno de los pacientes de Vicario, Juan Carlos Baena, indicó que desde que va a estas terapias multifamiliares, se siente mucho mejor. Asegura que antes de acudir a ellas -asiste desde hace solo unos meses- sentía que las terapias individuales diferenciaban mucho los roles, cosa que ahora en las grupales no siente. «Se ve al psiquiatra como a un compañero, se equilibran los roles», afirma. Y es que afirma que, pese a su esquizofrenia, ahora se siente útil, y aprende de vivencias y problemas ajenos.

Por su parte, Paco Laínez, marido de una paciente, asegura que estas terapias les han cambiado la vida. «Mi mujer tenía la enfermedad del ´no´. Se negaba a todo, la recogí de una escombrera y ahora es una rosa», reconoce emocionado, al tiempo que llama «hermano» al doctor Vicario.

Así, asegura que no solo ha mejorado, sino que se ha evitado mucha medicación con estas sesiones. Laínez destacó que cuando llevaba tres años junto a su mujer, empezó a ser de una manera por la mañana, de otra a mediodía y otra distinta a la tarde.

En este sentido, el especialista en Psiquiatría de la unidad de gestión clínica de Salud Mental del Clínico, Jesús Salomón, explicó que cada paciente es un mundo. «No hay enfermedades, sino enfermos». Aún así, recordó que las terapias con familiares siempre se han empleado en el ámbito de la psiquiatría, pero que hasta hace unos años no se había combinado con otras familias de manera comunitaria y con personas con patologías completamente distintas. De hecho, acuden usuarios con trastornos agudos pero también otros menos graves, como ansiedad o depresión.

Hernán Simón señaló que estos grupos multifamiliares deben ser heterogéneos porque no se personalizan los recursos. «Hay que desdramatizar una enfermedad que estigmatiza», afirma.

Además de diminuir los ingresos hospitalarios y de eliminar consultas innecesarias, estas terapias ayudan a abordar asuntos delicados como el estigma social, el sufrimiento y la tolerancia de la incertidumbre.