Los efectos de la huelga de los médicos residentes en los hospitales de la provincia de Málaga tienen cada vez más incidencia en la atención sanitaria de los ciudadanos mientras la Consejería de Salud mantiene su silencio y aún no ha confirmado su intención de negociar sus reivindicaciones.

La situación, lejos de mejorar empeora por días y ayer en el hospital Carlos Haya las esperas de los pacientes en Urgencias se habían incrementado en tres horas, lo que derivó en numerosas protestas y agresiones verbales por el aumento en los tiempos de espera. En el hospital Clínico la espera fue aún mayor, unas cinco horas para ser atendidos por los médicos de guardia.

A la par que la calidad asistencial se ve deteriorada, el seguimiento de la huelga indefinida de médicos residentes cada vez es mayor. Si el miércoles fue secundada por el 70% de los MIR, ayer casi el 85% de los médicos residentes se unieron a los paros, lo que significa que de los 724 médicos residentes en la provincia de Málaga ya hay unos 550 que están en huelga indefinida.

Según explicó a La Opinión de Málaga el vocal de la Coordinadora Andaluza de Representantes de Especialistas Internos Residentes (Careir) y responsable de los MIR en Carlos Haya, Juan Toral, ayer se sumaron unos 110 médicos más a los paros debido a su disconformidad «con las amenazas y coacciones» que recibieron de los médicos adjuntos para que cubrieran los huecos libres en el área de Policlínica del Carlos Haya. La mayoría de los médicos que ayer se sumaron a la huelga proceden de las áreas de neurocirugía, digestivo o maxilofacial, unidades muy distintas a las que ayer les estaban obligando a cubrir y que no son de su especialidad.

De este modo, de un 40% de seguimiento el pasado miércoles, se ha pasado a casi un 70% en el complejo Carlos Haya, superando incluso las expectativas más optimistas del colectivo Careir.

A nivel asistencial, la ausencia de los médicos residentes ya es tangible en las consultas y urgencias de los centros sanitarios malagueños. En Carlos Haya, varios médicos adjuntos afirmaron ayer a este periódico que las esperas se habían incrementado en tres horas más y que los pacientes empezaban a protestar y a lanzar agresiones verbales. La cifra de residentes que debían trabajar, doce, no se había sustituido. En el Clínico los números eran similares, llegando a esperar algunos pacientes hasta cinco horas para ser asistidos por los doctores de guardia.

La situación, según los médicos residentes, empeorará de cara al fin de semana, puesto que según denuncian los portavoces de la coordinadora, los puestos se reducirán notablemente hasta el punto de que en el Clínico solo habrá dos personas para atender unas trescientas atenciones.

37,5 horas semanales Careir ha explicado en reiteradas ocasiones que los especialistas en formación esperaban que el aumento de jornada laboral a 37,5 horas semanales significara un reconocimiento del tiempo que dedican a la asistencia, a la formación y a la investigación fuera de la jornada laboral. Sin embargo, el SAS les ha descontado del salario un total de diez horas mensuales de las que trabajaban y cobraban como extraordinarias y no como ordinarias.

El vocal de Careir y responsable de los MIR en el Hospital Clínico, Pedro Moya, denunció ayer que estos están cubriendo las horas que no hacen los estructurales contratados al 75%, por lo que están asumiendo una carga laboral extra del 25%. Según han reivindicado en numerosas ocasiones, además de una pérdida en su remuneración de más del 30%, la formación que reciben ha empeorado porque numerosos tutores han renunciado a estas horas o porque les han dado más carga de trabajo y no pueden compaginar docencia y asistencia.

Pero el principal temor de los médicos residentes andaluces -la huelga en la comunidad alcanza más de un 80% de seguimiento- no es otra que el miedo al futuro. La política de contratación de la Junta es cero tanto para sustituciones como para bajas, y por ello, quienes se encuentran en los últimos años de residencia temen qué será de ellos cuando acaben, aunque la mayoría asegura que se irá al extranjero, donde sí están reconocidos.

El presidente del Sindicato Médico de Málaga, Fermín Parrondo, no cree que la Junta vaya a recapacitar. «Ha sido un desafío demasiado grande que sea indefinida, aunque sus motivos son muy válidos», dijo. Así, el sindicato constató ayer que en el Hospital de la Axarquía se ha contratado a dos personas para cubrir los puestos de residentes en huelga. «Esto es una ilegalidad», afirmó Moya, que señaló que van a tomar medidas legales por menoscabar el derecho a huelga y a solicitar una inspección.