La Costa del Sol no sólo está consolidada como un destino de sol y playa, sino que numerosas personas visitan la provincia de Málaga para hacer el conocido como turismo sanitario. Las numerosas clínicas privadas existentes en Málaga conforman una oferta variada y amplia para que cualquier dolencia, necesidad o deseo sea cubierto sea cual sea.

El foro organizado esta semana en La Opinión de Málaga reveló que los extranjeros no solo acuden a estos centros cuando están de turismo o cuando se trasladan a vivir por su jubilación, sino que muchos de ellos deciden trasladarse a la provincia para disfrutar de ciertos tratamientos únicos en Europa y casi en el mundo durante los días que duren los mismos. Además, suelen repetir.

Todos los presentes coincidieron en afirmar que el emplazamiento de la provincia, con sus playas, su gastronomía y su gente ayudan a que estos pacientes se decanten por Málaga y sus hospitales antes que por otros ubicados en Alemania o América.

De este modo, el director médico de la Clínica Buchinger explicó que el grupo no ha dejado de invertir en su centro y que 2012 ha sido junto a 2007 su año estrella. «El que tenía dinero lo sigue teniendo. Los clientes quieren calidad, no que les den gato por liebre», apuntó al tiempo que recordó que acaban de inaugurar un nuevo edificio con 37 suites y habitaciones.

En este sentido, Tomás Piñeiro indicó que este sector es muy delicado puesto que los números con los que tratan estas empresas son personas. «Vienen porque se ponen malas, porque tienen un problema de salud. Nuestro objeto final es que la asistencia sea de calidad», destacó, al tiempo que manifestó la importancia de que los profesionales hablen idiomas y los pacientes se sientan cómodos y entiendan todo lo que les trasladan los especialistas.

Desde Gross Dentistas, los hermanos Gonzalo y José Luis Gross explicaron que en su centro cuentan con un 80% de fidelización. «A la larga lo que hace que los clientes repitan es el trato y su satisfacción». Así, explicaron que para ello cuentan con un nutrido grupo de trabajadores que hablan distintos idiomas, como francés o árabe.

José Manuel García Verdugo destacó que muchos de los clientes de Buchinger que se tratan en Alemania, al descubrir que tienen un centro en la Costa del Sol lo cambian por el entorno. «Debería recuperarse el eslogan ‘Málaga ciudad de invierno’, porque nuestro invierno es su primavera», insistió.

Por su parte, el director médico de la Clínica Bonal, ubicada en la Axarquía, destacó que las colonias de alemanes e ingleses que se ubican en la zona demandan que los profesionales sean los mismos y no cambien constantemente y les proporcionen confianza y seguridad.

«Nosotros trabajamos con el sufrimiento emocional de pacientes jóvenes», dijo Claudio Priore, que explicó que son más de 400 los pacientes que atienden en la actualidad y que su fundación trabaja con muchos usuarios para la prevención.

Además, apostaron por contratar a profesionales especializados y punteros en materias muy concretas para que personas con un problema determinado deban desplazarse a Málaga sólo para que les trate el experto. Es decir, «fichar» a especialistas que obliguen a visitar la Costa del Sol.