El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, aseguró ayer estar «abierto al diálogo» con los sindicatos de la Policía Local y UGT si sus manifestaciones contra el plan de ajuste económico se desarrollan «en términos de normalidad». Así, confió en que la maratón de este domingo se desarrolle sin problemas, ya que, a su juicio, los agentes de este cuerpo «tienen que ser ejemplares en todo, inclusive en la forma de protestar y cuando se está trabajando y cobrando por ello hay una obligación ética de cumplir con el trabajo». Por ello confió en la normalidad de la jornada, a pesar de que los sindicatos han recurrido judicialmente la orden que obliga a trabajar a todos los que ese día descansasen. «No voy a decir que estoy convencido de que la maratón se desarrollará con normalidad, pero tengo algo más que esperanza».

«Confío mucho en la buena fe de la gente, en el sentido del deber y en la necesidad de cubrir los programas de la ciudad», pues, a su juicio, «es compatible la expresión de un desacuerdo, de una protesta, con que la ciudad funcione con eventos como éste», lo que supone que «es compatible el desarrollo de esta prueba deportiva con la vida de la ciudad».

A partir de ahí De la Torre volvió a insistir, como días pasados, en que «estamos abiertos totalmente al diálogo, que sería continuidad del que ya ha existido, con diez reuniones», insistió el alcalde, dejando claro, no obstante, que esa apertura sólo se producirá «si no hay insultos o acoso», pues «el derecho a la manifestación existe, pero no el derecho al insulto ni al acoso».

De la Torre se pronunciaba así, precisamente, tras la presentación del III Maratón Ciudad de Málaga, con la presencia, entre otros, del atleta Abel Antón, y después de que esta misma semana el Ayuntamiento anunciara que dejaba en suspenso las negociaciones con los sindicatos policiales mientras las protestas no volviesen a la normalidad.

Esta decisión del equipo de gobierno del PP responde a movilizaciones como la del pasado viernes, durante la inauguración del alumbrado navideño, donde varios concejales del PP fueron acorralados por policías y familiares y obligados a refugiarse en un bar, también el alcalde se vio obligado a abandonar la plaza de la Constitución. El equipo de gobierno expresó entonces su «rechazo» a acciones irrespetuosas que «alteran la convivencia y el normal funcionamiento de la ciudad, como ocurrió el pasado viernes coincidiendo con el encendido del alumbrado navideño». Añadiendo que dichas actuaciones «son contrarias a la normativa vigente e incluso al reglamento interno de los funcionarios que las protagonizaron».

Los sindicatos policiales UPLB y SIP-AN y UGT mantienen su rechazo al plan de ajuste y han puesto en marcha un plan de protesta que pasa esencialmente por negarse a la realización de horas extras en los días claves de Navidad.

La ciudad no se ve afectada por la protesta. Cuestionado por la labor que realizan los policías locales, Francisco de la Torre no dudó en asegurar que «hasta ahora van cumpliendo las obligaciones que tienen y en el funcionamiento de la ciudad no ha habido afectación». En este punto, insistió en que «el desacuerdo hay que hacerlo compatible con el diálogo y con el desarrollo de la vida de la ciudad».

De la Torre volvió a defender la necesidad de que «la ciudad recupere la normalidad y no sea un escenario para momentos de insulto y acoso». De hecho, reiteró que si no se dan estos últimos elementos, «nuestra posición de buscar acuerdos siempre va a estar ahí».