Lleno hasta la bandera en el albero cubierto de La Malagueta sin necesidad de derramamiento de sangre. La primera feria agroalimentaria Sabor a Málaga impulsada por la Diputación arrancó ayer con un éxito absoluto antes incluso de su inauguración oficial por las autoridades de la provincia. Prácticamente imposible andar con fluidez por los cinco pasillos en los que, hasta el próximo domingo, 71 empresas malagueñas promocionarán los productos imprescindibles en los manteles de la provincia bajo la marca que da nombre a la feria.

Quesos, embutidos, aceitunas, aceites, repostería artesanal, vinos de la tierra, pasas, miel, pan, frutos secos y productos subtropicales y todos los productos posibles de una provincia llena de contrastes paisajísticos y gastronómicos. «Aquí se concentra una gran selección de productos de todas las comarcas que tienen un gran potencial», aseguró el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, quien añadió que el sector agroalimentario está llamado a ser otra de las patas de la economía malagueña junto al turismo y la tecnología.

El alcalde de la capital, Francisco de la Torre, se refirió precisamente a los tres millones de personas que anualmente visitan la provincia de Málaga y que se pueden convertir en «los mejores embajadores de la Costa del Sol en sus países».

El subdelegado del Gobierno, Jorge Hernández Mollar, destacó esta nueva iniciativa por su reconocimiento a lo autóctono y a las personas que, día a día, trabajan para que los productos de Málaga se comercialicen con la mejor calidad. Por su parte, el delegado del Gobierno andaluz, José Luis Ruiz Espejo, resaltó el valor de los productos más cercanos al ciudadano y que su sabor sea el que realmente se está buscando. «Es muy importante encontrar productos de nuestros huertos, de nuestras lonjas y de nuestras granjas, por lo que tenemos que seguir mimando a nuestros sectores más tradicionales», apuntó.

Expansión internacional. Tal y como ha anunciado estos días la Diputación de Málaga, el evento servirá para dar a conocer la marca Sabor a Málaga no sólo a nivel local, sino también nacional e internacional en un futuro próximo.

Una de las grandes impulsoras del proyecto, la diputada de Desarrollo Económico-Rural Leonor García-Agua, asegura que la intención es impulsar al sector agroalimentario de la provincia y reforzar su papel como pilar económico y estratégico. De este modo, formarán parte de ella todos los productos locales que lo soliciten y que cumplan los requisitos establecidos, entre los que se encuentran el contar con un sello de calidad o pertenecer a una de las denominaciones de origen.

García-Agua explicó que el espacio expositivo cuenta con una zona de artesanía malagueña-marroquí, y otra de restauración en la que las empresas ofrecerán platos típicos malagueños en los que se utilizarán los productos de la tierra maridados con los vinos de la provincia. Durante los cuatro días se sucederán actuaciones en directo de flamenco, pandas de verdiales o pastorales y los niños disfrutarán de actividades diseñadas para ellos mientras los adultos disfrutan de exhibiciones de cocina, degustaciones, maridajes y cata de vinos. Hoy y mañana, la muestra estará abierta desde las 11:00 hasta las 21:00 horas, mientras que el cierre está previsto el domingo a las 17:00 horas.

El sueño de los sectores productivos. La feria, que cuenta también con el apoyo del Área de Turismo y Promoción del Territorio, es el resultado de cada una de las mesas del campo puestas en marcha por el Área de Desarrollo Económico-Rural. De hecho, hasta 16 sectores productivos de la provincia han pasado por la Diputación de Málaga para poner en común sus preocupaciones, problemáticas, posibles soluciones, objetivos, aspiraciones y retos. De esta forma, el ente supramunicipal ha actuado como altavoz de los mismos, siendo esta feria una de las principales demandas del sector, con el fin de dar a conocer, tanto a la población, como a los profesionales de la restauración, el amplio abanico de productos de los que dispone la provincia de Málaga, y por tanto, impulsar su consumo final o como ingrediente en los menús de los restaurantes.