Los malagueños están indecisos, y sus bolsillos, resentidos. Con el encendido de las luces, la inauguración de los puestos del Parque y los adornos navideños en casa, ya solo falta comprar los regalos para el día de Reyes y los detallitos de Navidad.

Pero los rumores de que se adelanten las rebajas y los posibles descuentos para animar las ventas siembran dudas en los malagueños, que no se deciden por comprar pese a que las tiendas pongan interesantes reclamos en sus escaparates.

El 90% de ellas tienen segundas prendas a mitad de precio, descuentos de un 10 y hasta un 20% o posibilidad de descambiar más allá de Reyes.

Y es que las ansiadas rebajas, que comienzan cada año el 7 de enero, podrían adelantarse. De momento solo forma parte de la rumorología popular, pero en 2009 la Consejería de Comercio decidió hacerlo para darles brío a las compras de antes de Reyes. Y, ¿qué mejor ocasión que hacerlo que en este nefasto año económico? Si éstas comenzaran el 2 de enero, minimizarían el impacto de la supresión de la paga extra a los empleados públicos en la actividad comercial y, por tanto, animaría las ventas y a los empresarios.

Durante este puente, Málaga ha colgado el cartel de lleno, pero las tiendas dicen no haber vendido lo esperado. La culpa, como de todo últimamente, de la crisis.

Comprar regalos se ha convertido en un deporte olímpico, del que ojear y tantear se ha hecho con los entrenamientos. Los ciudadanos miran y remiran los precios. Comparan, se prueban y descambian. La mayoría dice que esperará a ver si hay rebajas o descuentos y hay quien ha dejado el tradicional día de Reyes para el fin de semana posterior, porque sin niños en la casa es fácil postergar la fiesta, aunque indudablemente no case con hábitos tradicionales.

La Opinión de Málaga hizo ayer un sondeo a pie de calle y constató lo que ya se veía venir. En el centro hay muchas familias que pasean, miran escaparates y se toman unas tapas en el centro, pero compran poco. Pilar, trabajadora de una tienda de ropa femenina explicaba por la mañana que las clientas sólo se acercan a los percheros en los que se anuncian descuentos y que los de nueva temporada ni los miran. Paco, dueño de una tienda de complementos, aseguraba que la mayoría de personas se va a los precios más bajos, no sin antes preguntar si se puede descambiar.

Pero la mayor parte de estos coincide en que casi todos los clientes preguntan si los artículos que más les interesan se rebajarán a partir del 7 de enero o incluso antes. «Yo les entiendo porque hago lo mismo cuando compro, pero a la tienda en la que trabajo le viene fatal», afirma Adela, dependienta de una zapatería.

Los bares y restaurantes, sin embargo están satisfechos con estos días festivos. Todos se han llenado y han cumplido con las expectativas, aunque aseguran que con la llegada del nuevo año, la cuesta será más empinada que nunca.