Todo un mundo, la Palestina de hace 2012 años, sale de sus manos. Desde pequeño, cuenta María Isabel, su madre, ya hacía el Nacimiento en casa, pero fue a partir de los 11 cuando Carlos López Escudero montó el Belén fabricando todas las piezas. Hoy tiene 15 años.

Sus habilidades se empezaron a conocer en su barrio, Teatinos, y por eso el año pasado montó el Nacimiento en la asociación de vecinos. En esta ocasión, ha elegido el salón de su casa, 3 metros de largo por casi 2 de ancho, porque el Centro Ciudadano de Teatinos, en el que soñaba con montar el Belén, no ha abierto todavía sus puertas. «Dos años llevamos de retraso», comenta María Isabel.

Las buenas mañas le vienen de sus padres, que le ayudan a montar este rincón de Judea, pero sobre todo de su tío Antonio, que en estos momentos exhibe su arte de belenista en la cofradía de la Virgen de los Dolores, en Pizarra. «El tío le dice que va a ser su heredero», bromea su madre.

Para el Belén de este año, Carlos ha añadido una espectacular construcción con balcones que alberga un telar, la carpintería, un palomar en una esquina y adosado, el portal de Belén.

Además, otra novedad, además del sistema eléctrico que permite que haya farolillos rojos por Belén, es un poblado con un espectacular arco de entrada y viviendas. Todo está hecho de corcho.

«Corto el corcho con una máquina que pasa un hilo que está caliente y corta, luego lo pego con cola», detalla.

Lo más complicado para este belenista son los ladrillos, que corta, pule y lima uno a uno, y para el relieve enyesado de las casas aplica la pasta con la que, en la vida real, se rellenan los huecos de las paredes.

Los árboles también son de su autoría, y los fabrica con alambre, masilla para el tronco y ramas reales que va pegando.

Y aunque da la impresión de que algunos elementos son comprados, lo único no realizado por él es el musgo artificial y las figuras. «Las compro por internet y este año he comprado algunas en el Parque», explica. Así, el molino que adorna la parte alta del Belén también ha salido de su imaginación, y para el motor que mueve las aspas ha utilizado el motor de un antiguo microondas.

Carlos comienza a idear nuevas construcciones desde que el Día de Reyes desmonta el Nacimiento anterior y para el próximo ya tiene pensado levantar una cúpula hecha con ladrillos pegados, para albergar el Nacimiento, así como una bodega «con un chorrito de vino».

El presidente de la asociación de vecinos de Teatinos, Miguel Millán, que alaba la maestría de Carlos, confía en que el año que viene pueda lucir sus habilidades en el centro ciudadano, por fin abierto. Y para el futuro, Carlos López Escudero cuenta que quiere ser bombero, aunque precisa: «Belenista seré siempre».