«Soy una persona que me gusta escribir sobre lo que no hay o hay muy poco», confiesa Miguel Alba Trujillo, personal laboral de la Universidad de Málaga, tenista, profesor de tenis y autor de varios libros de investigación histórica.

Uniendo su pasión por la raqueta y la de abrir caminos poco o nada explorados, el pasado viernes presentó en la Diputación El Lawn Tennis en Málaga 1890-1945, un libro que él mismo ha editado y que está cargado de agradables sorpresas. Cuatro años de investigación, de rastreo de archivos y gestiones por toda España y Gibraltar, han logrado despejar la niebla que se cernía sobre la práctica de este deporte en Málaga.

Aquí va la primera sorpresa: el primer club dedicado en exclusiva al llamado lawn tennis (tenis sobre hierba) en Málaga fue fundado en el temprano mayo de 1890, sólo seis meses después del primero de España, el de Huelva (diciembre del 89), y a cinco meses del segundo (Madrid).

Miguel Alba ha conseguido localizar el sitio exacto, en el Paseo de Sancha. «Estaba detrás de la casa de los Nagel y daba al mar, era un club de tenis privado con 16 socios y estuvo casi 20 años funcionando», destaca. Ese sitio se corresponde hoy con el área de la piscina del hotel Las Vegas.

El tenis en Málaga fue un invento traído por los ingleses, a través de Gibraltar, que se convirtió, antes que en deporte, en entretenimiento de la alta sociedad.

El intenso trabajo del autor también se ha extendido a las familias de los primeros tenistas, un caudal de información que puede verse en datos y fotografías como la de los hijos de Prosper Lamothe, en los primeros años del siglo XX, en el campo de tenis de la finca familiar de Gamarra.

Otra aportación muy importante es la de la familia Smerdou, cuyas fotos ilustran el segundo gran espacio para el tenis en Málaga antes de la llegada de los Baños del Carmen: el Muelle de Heredia (conocido entonces como el Paseo de Heredia, junto al muelle de igual apellido).

Lugar de celebración de ferias y carnavales, en el Paseo de Heredia plantó sus reales en 1912 el Tennis Club Málaga, heredero del anterior del Paseo de Sancha. Curiosamente, varias copas ganadas en el campeonato de Málaga de 1915 por la tenista Amalia Smerdou la conserva su hija, Amalia García Herrera Smerdou, y se reproducen en el libro.

Este club del Paseo de Heredia cambió de nombre hacia 1918, quedándose en Málaga Club (perdiendo el Tennis). Miguel Alba cree que este cambio se debió a los disturbios sociales de la época, y a la vecindad con el puerto. «Era una zona muy conflictiva y supongo que lo hicieron para evitar agravios comparativos». Porque, hay que recalcar que en los comienzos, el tenis era un deporte jugado por un reducido grupo de familias de la alta sociedad, muchas de ellas de origen extranjero. Entre los jugadores pioneros encontramos miembros de los Pries, Álvarez, Guille, Disdier, Gross, Van Dulken, Petersen, Grund, Krauel, Huelin, Smerdou, Creixell y Hafner, entre otras.

El libro recupera historias muy curiosas como la del pintor malagueño Enrique Jaraba, gran aficionado al tenis o la de Ernesto Hafner, una legendaria figura del tenis malagueño, a quien el autor conoció en Canarias en los años 80, ya en la vejez.

En los años 20, el protagonismo se lo lleva el Balneario del Carmen, un espacio del que Miguel Alba aporta datos muy interesantes, como las visitas de la familia real en dos ocasiones. «Vienen dos años seguidos, en 1927 y 1928, y las infantas Beatriz y Cristina ven tirar el copo por vez primera aquí. Estaban jugando al tenis y dejaron las raquetas para irse a la playa», cuenta el investigador.

El libro concluye en 1945. «Quería hacerlo hasta 1960 pero no podía hacer un vademécum», dice Miguel, que plantea que la obra termina justo en el año en que se celebran festejos de invierno, un intento de organismos públicos y privados de aunar fuerzas para potenciar Málaga como estación de invierno, algo que ya se intentó en los años 20 y a finales del XIX. Para este final, el libro incorpora imágenes del Nodo de esa primera Copa de Invierno del 45, con un partido de dobles entre Romanoni-Jiménez Lopera contra Villapadierna-Bartrolí, entre otros encuentros. Con esta obra, de contenido en su mayor parte inédito, el autor explica que quiere animar a otros investigadores a seguir profundizando en la historia del deporte en Málaga.