Unai Alcelay asegura que «las expectativas siempre están altas, pero la aceptación que el almacén ha tenido entre el público malagueño ha sido espectacular». El secreto de este éxito, según cuenta, es debido a que los clientes han comprobado, después de haberlos visitado, que los productos tienen «muy buen precio».

Parece que en tiempos de crisis hay cada vez más particulares que deciden llevar a cabo sus propias reformas. ¿Nota en su almacén un aumento de estos clientes?

Tenemos un enfoque muy delimitado a un tipo de cliente, que es el profesional de pequeña empresa o empresas multiservicios que se dedican a hacer reformas para otros clientes. Son nuestros principales clientes. Pero también contamos con bricoladores avanzados, por tener más habilidad, y que trabajan para sí mismos, ya sea para arreglar sus averías de fontanería, electricidad o construcción. Nosotros tenemos tanta aceptación entre los clientes porque nuestros precios son bajos, por eso en tiempos de crisis estamos en expansión. El centro no tiene el glamur que pueden tener otras tiendas de decoración, ya que el suelo es de hormigón y las estanterías son las de un almacén. Podemos permitirnos tener los precios bajos por el poco gasto que hacemos, y el cliente lo valora, además de la atención personalizada. Además, siempre tenemos en stock los productos que vendemos, porque no tenemos nada en catálogo.

¿Cuáles son los productos más demandas por los clientes no profesionales?

Hay un poco de todo y depende de para lo que sea. Para el día a día, el cliente puede encontrar todos aquellos componentes que le hacen falta y realizar el arreglo o instalación él mismo. Desde fontanería y construcción hasta electricidad. No obstante, le podemos asesorar porque nuestros trabajadores son gente que viene del sector para el que ahora trabaja en Bricomart. Fontaneros, ferreteros, electricistas, carpinteros… Además de esto, los productos de calefacción están funcionando muy bien por el frío que hace ahora.