Izquierda Unida quiere que el Gobierno ponga en marcha una comisión que estudie la realidad de la pesca de arrastre en el Mediterráneo, y en particular en el litoral malagueño, en el marco de una gestión para la explotación sostenible de los recursos pesqueros del mar y, para ello, ha presentado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley en este sentido.

En la iniciativa, los diputados José Luis Centella y Alberto Garzón justifican su petición en la normativa comunitaria que establece el tamaño mínimo de las mallas de las redes de arrastre y que al sector le está provocando "consecuencias muy negativas", tanto que consideran que reducirá las capturas entre un 60 y un 70 por ciento, según los puertos.

El problema está en el grosor del hilo exigido para confeccionar las redes --tres milímetros--, tan pequeño que muchas de las especies que se pescan en los caladeros del Mediterráneo, como calamaritos, chopitos, gambas o pescadilla, terminan escapándose de la malla y las que quedan, lo hacen dañadas, disminuyendo su valor en la lonja.

Ante el conflicto, la Dirección General de Recursos Pesqueros del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha intervenido ante la Unión Europea para que técnicos europeos se desplacen a Málaga a comprobar la situación, con el objetivo de revisar el Reglamento europeo, ya que de no ser así puede suponer "la ruina" para el sector de arrastre, que en Málaga tiene medio centenar de embarcaciones y emplean a entre 200 y 300 pescadores.

Los diputados indican que hasta la realización de estas comprobaciones por parte de los técnicos europeos, se está produciendo una serie de inspecciones continuadas a los pescadores, cuyo detonante ha sido la intervención de una patrullera de la Armada con inspectores del Ministerio que ha llegado a precintar embarcaciones con base en el puerto de Caleta de Vélez, al entender que se faena con mallas no reglamentarias. El precinto del copo, además, es objeto de un expediente sancionador que puede alcanzar hasta los 60.000 euros de multa.

No obstante, Garzón y Centella ven "evidente" que la pesca de arrastre es "muy dañina" para el medio ambiente pues "conlleva la sobreexplotación del 80 por ciento de los caladeros" y lleva aparejada más de un 60 por ciento de descartes de las capturas, que acaban tirándose al mar de nuevo.

Además, este tipo de pesca solo produce el 0,95 por ciento del empleo del sector, mientras que la pesca artesanal, un arte sostenible con el medio ambiente, genera más del 28 por ciento de los puestos de trabajo, de ahí su petición para que una comisión estudie la realidad del arte del arrastre.