­Fundada en 1918 por Pierre-Georges Latécoère, la denominada línea aeropostal dio inicio a la aviación civil y unió Francia, las colonias de África y países de América Latina como Brasil o Chile. Contó con pilotos como Mermoz, Saint-Exupéry -autor de El Principito-, Guillaumet o Reine y posibilitó llevar el correo de Toulouse (Francia) a Dakar (Senegal) y de Dakar a Santiago de Chile (Chile), pasando por Málaga, donde el primer vuelo llegó el 9 de marzo de 1919; Brasil, o Argentina.

Ochenta y un años después de que dejara de prestar servicio, representantes de la treintena de ciudades que conforman la Red Aeropostal se reunieron ayer en Málaga para constituir una asociación y solicitar la declaración por parte de la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de esta línea.

Esta red de ciudades, reunida por primera vez el año pasado en Toulouse, busca no sólo rememorar una aventura fuera de lo común, tanto en el plano humano como en el técnico, sino estrechar lazos de fraternidad, amistad y solidaridad, que permitan intercambios económicos, turísticos y culturales entre estas ciudades, situadas en Europa, África y América, tal y como indicó la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Toulouse, Catherine Guien.

Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, destacó que la aeropostal «forma parte de la historia aeronáutica mundial, la cultura y la tradición». Más aún, recordó que unió de forma pionera tres continentes.

«Esos primeros pilotos fueron héroes de la aviación, innovadores y descubridores», dijo De la Torre. Fueuna actividad pionera, «con hombres que estaban locos, pero que tenían una gran visión de la humanidad y ahora vemos como la historia revive y se proyectará sobre futuras generaciones», añadió Guien.