Un ganadero que en 2003 vendió reses al exalcalde de Marbella Julián Muñoz y a su entonces pareja, Isabel Pantoja, ha asegurado hoy que nunca le pagaron las vacas, y que los animales no tenían papeles porque él no quiso facilitar la documentación de lidia hasta cobrar lo acordado.

El empresario Joaquín Núñez del Cuvillo, que ha declarado hoy como testigo en el juicio por blanqueo de capitales en el que están acusados Pantoja y Muñoz, ha manifestado que conocía a la tonadillera de mucho tiempo atrás, aunque esta no le había propuesto comprar ganado hasta ese momento, cuando tenía una relación sentimental con el exalcalde.

La negociación básicamente se llevó a cabo con Muñoz, con quien acordó la venta de unas cien cabezas de ganado y un precio total en torno a los 15 o 20 millones de pesetas (entre 90.000 y 120.000 euros), según Núñez del Cuvillo, que ha explicado que no firmaron ningún contrato privado.

Tras entregar "un par de camiones", en los que calcula que iban algo más de cuarenta vacas -valoradas en unos 900 euros cada una- sin recibir dinero alguno, decidió no trasladar el resto y quedarse mientras con los papeles de las reses, ha indicado.

El testigo ha insistido en que no recibió ninguna cantidad de dinero a cambio de las reses, pese a que se le ha mostrado un documento intervenido en casa de Muñoz en el que este había anotado la entrega a cuenta de "10.M" por 56 vacas con un coste de 8,4 millones, y especificaba que restaban 1,6 millones a su favor.

"Sería la intención que tendría", ha espetado el empresario, que ha argumentado que retuvo la documentación de las reses como "garantía" en la negociación, y ha añadido que aguardó un tiempo porque tenía esperanza en cobrar.

Posteriormente, al ser preguntado por el presidente del tribunal, Federico Morales, sobre los mencionados papeles, el empresario ha reconocido que, con el paso del tiempo, al ver que no iba a cobrar, se los dio a un conocido que luego adquirió las reses a Pantoja.

Otro testigo, Manuel Delgado, que trabajó para la sociedad de Pantoja Franbel Artist para la gestión documental del ganado, ha explicado que se solicitó la guía de origen y sanidad y que los animales tenían su documentación oficial, pero carecían de la que otorga la Asociación de Ganado Bravo que certifica que se pueden lidiar.

Este trabajador, que gestionó en total unas doscientas reses mansas y cincuenta bravas de Pantoja, ha declarado que Franbel le debía dinero y a cambio adquirió unas cincuenta vacas que, según consta en un contrato, compró por 6.000 euros y vendió por unos 3.500 euros.

Ello se debe a que el precio de las reses que se comercializan para carne se reduce notablemente respecto al acreditado como ganado bravo, según se ha puesto de manifiesto en el juicio.

Entre las anécdotas de la sesión figura el comentario realizado al término de una videoconferencia desde la Audiencia Provincial de Madrid de otro testigo, el promotor Antonio García Fernández, quien creyendo que los micrófonos ya se habían cerrado, ha exclamado: "Qué 'pesaos' son los abogados".

Al escuchar esto, el presidente de la Sala ha dicho que "la ciencia avanza que es una barbaridad, pero no lo suficiente".

Durante la sesión de mañana la Fiscalía se pronunciará sobre si renuncia a la testifical del empresario Andrés Liétor, que reside en la República Dominicana y ha cuantificado el coste del desplazamiento a Málaga para su declaración en 4.300 euros.

Isabel Pantoja se enfrenta a una petición fiscal de tres años y medio de prisión y multa de 3,6 millones de euros, y Julián Muñoz, a otra de siete años y medio de cárcel y siete de inhabilitación por blanqueo de capitales continuado y cohecho pasivo y multas por un total de 7.466.000 euros.

En el juicio también está procesada la exesposa de Muñoz, Maite Zaldívar, a la que se le piden tres años y medio de cárcel y una multa de 2,6 millones de euros.