La Comisión Europea (CE) autorizó hoy los planes de reestructuración de los bancos españoles Liberbank, Caja3, Banco Mare Nostrum (BMN) y España-Duero (Ceiss), las entidades no nacionalizadas que necesitan ayudas públicas. "Los planes de reestructuración de BMN, Caja3, Banco Ceiss y Liberbank harán que estas entidades de crédito vuelvan a ser viables", afirmó el vicepresidente de la CE encargado de la política de competencia, Joaquín Almunia, que subrayó que así contribuirán a sanear el sector financiero español y minimizar las cargas al contribuyente.

Bruselas ha decidido también que Caja España-Duero sea vendida en el plazo de cinco años a inversores privados, pero no precisa si esta operación se hará con la entidad malagueña Unicaja, con la que mantiene un acuerdo de fusión desde el pasado año, que fue modificado en marzo, pero que se ha ido enfriando con el paso del tiempo. Ahora Bruselas le exige a España la venta de Ceiss por lo que se rompen todos los acuerdos y esquemas pactados por la entidad Caja España-Duero y Unicaja. Almunia, en todo caso, no hizo una mención directa al término "subasta" para la operación de venta de Ceiss. Hay que recordar que la última oferta que lanzó la caja malagueña pasaba por absorber a la entidad castellano-leonesa una vez que fuera saneada y acometiera un proceso de reestructuración del que ya había informado al FROB.

En reacción a este anuncio, "en línea con lo esperado"Unicaja ha convocado un consejo ordinario para mañana en el que abordará la situación del proceso de integración

Ceiss también ha convocado mañana un consejo ordinario

Según el plan de reestructuración aprobado hoy por la Comisión Europea, CEISS tendrá que reducir su tamaño en un 30 por ciento para ser viable, además de recibir una inyección de capital de 604 millones de euros del Estado.

Esta inyección es inferior a los 2.063 millones de déficit de capital que detectó Oliver Wyman, lo que ha sido favorecido por la transferencia de activos tóxicos inmobiliarios a la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) por importe de unos 717 millones de euros.

El plan planteado por CEISS prevé el cierre de 250 sucursales y el despido de unas 1.000 personas.

En total, las cuatro entidades financieras requerirán ayudas por importe de 1.865 millones de euros, lo que representa menos del 30 % de los 6.248 millones de euros de necesidades de capital constatadas en la prueba de resistencia.

El resto de necesidades se cubrirán mediante el reparto de cargas, que aportará más de 2.000 millones de euros de capital, la venta de activos y otras medidas de gestión (más de 1.000 millones de euros).

También se transferirán activos y préstamos tóxicos a la sociedad de gestión de activos Sareb, mejor conocido como el 'banco malo' por unos 1.000 millones de euros.

Los planes de reestructuración aprobados por la CE establecen que, en 2017, se habrá reducido el balance de tres de las cuatro entidades.

Así, en comparación con su tamaño en 2010, la reducción será superior al 40 % en el caso de BMN, rondará el 30 % en el caso de Ceiss, y se acercará al 25 % en el de Liberbank.

La cuarta, Caja3, se integrará completamente en Ibercaja, lo que garantizará su retorno a la viabilidad en los cinco años del periodo de reestructuración, asegura la CE.

Además, los bancos tendrán que reorientar su modelo empresarial para centrarlo en el negocio minorista y la concesión de préstamos a las pyme en las regiones en las que habían operado tradicionalmente.

Asimismo, dejarán de prestar dinero a proyectos inmobiliarios, o mantendrán una actividad marginal en este ámbito, y limitarán su presencia en el negocio de banca mayorista.

Las transferencias de activos al 'banco malo' reducirán aún más el impacto del deterioro adicional de los activos de mayor riesgo y contribuirán a restablecer la confianza, agrega la CE.

El Gobierno español se ha comprometido a vender Ceiss y a que BMN y Liberbank coticen en bolsa antes de que finalice el período de reestructuración.

Caja3, por su parte, dejará de existir como entidad independiente.

Todos los bancos se han comprometido a ceder una serie de participaciones industriales y filiales, cuyo producto contribuirá a financiar la reestructuración, limitando así la necesidad de ayuda adicional.

Esos bancos, además, se han comprometido a limitar las retribuciones abonadas en las entidades de crédito de titularidad pública.