Vuelve el invierno. Con todo el rigor del calendario y sin ningún tipo de continuidad con los registros de la semana pasada. En tan sólo siete días, la provincia ha dado carpetazo a su clima primaveral para deslizarse por valores más acordes con la época y con la estética moderna de la Navidad. Especialmente, en lo que respecta a las horas que precederán la entrada al nuevo año, en las que se alcanzarán, incluso, mínimas hasta tres grados inferiores a la media.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Málaga se moverá esta semana entre los 7 y los 15, con picos que, en su vertiente más extrema, se asomarán al precipicio de la helada. El sábado, por ejemplo, se pronostica una mínima de 3, lo que significa 4 grados menos de lo habitual.

El enfriamiento repentino no responde, sin embargo, a ningún tipo de fenómeno adverso; la provincia, protegida hace apenas una semana por el ascenso de las máximas, empieza a responder a los estímulos comunes de este tiempo, lo que incluye el efecto de anticlones y de entradas frías de aire.

El descenso de las mínimas coincidirá, además, con la moderación de las máximas, que descenderán hasta llegar a los valores medios (14-15 grados). El invierno, al menos en lo que se refiere a las próximas semanas, no parece dispuesto a conceder nuevas treguas. Ni siquiera en la Costa del Sol, que se pavoneó hasta hace muy poco por diciembre con temperaturas superiores a los 20 grados.

Lo que sí se mostrará más renuente será la lluvia; la provincia cruzará el umbral del año sin acordarse de sacar el paraguas. Las predicciones de la Aemet sólo tienen en cuenta una amenaza y tibia: la de los días 1 y 4 de diciembre. Parece descartada, no obstante, la concurrencia de temporales y tormentas. Tiempo invernal y ordinario, en definitiva, sin los extremos espectaculares de buena parte del pasado otoño.

De acuerdo con el pronóstico, Málaga podría alcanzar esta semana en más de una ocasión los 5 grados. Para empezar, la predicción de hoy habla de unos topes de 17 y 7, respectivamente. El frío de estos días servirá, además, para rebajar los valores medios de diciembre, que se habían disparado como consecuencia de esta especie de primavera a destiempo que recorrió la provincia durante las ultimas semanas.

Es, por fin, hora de pensar en el abrigo, aunque sin los excesos de Gogol. La nieve y las puntadas de hielo siguen todavía muy lejos. Málaga se empieza a parecer térmicamente a sí misma: sin la alegría del calor ni las lluvias torrenciales.